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Un chalé por 7 millones en Ciutat Jardí, un barrio donde ya se piden precios de Son Vida

Los vecinos están preocupados por la presión inmobiliaria que está sufriendo la zona y que ya se extiende hasta Cala Gamba - «Esta semana una inmobiliaria ha ido puerta a puerta ofreciendo sobreprecios por casas que ya son caras. Así vencen voluntades»

Villa en primera línea de mar de Ciutat Jardí, antiguo hotel Azul Playa, que está a la venta por 6,9 millones. Guillem Bosch

Los precios de Son Vida se van extendiendo como una mancha de aceite hacia otras zonas de Palma que eran barrios de clases medias sin que nadie ponga remedio. En esta ocasión, la alarma ha sonado en Ciutat Jardí. Un portal inmobiliario —Idealista— anuncia la venta de un chalé por 6,9 millones de euros. Una villa de lujo que fue hasta 2015 el antiguo hotel Azul Playa.

Los vecinos están preocupados por la presión inmobiliaria que está sufriendo la zona, con precios «inéditos» como estos. «En el área del Molinar i Ciutat Jardí se están acabando las posibilidades de estas casas para los residentes mallorquines. La dinámica que estamos viendo es que se hacen con ellas entidades e inmobiliarias, en su mayoría extranjeras, y ya sabemos después quién puede comprarlas. Desde luego, los residentes no», lamenta Joan Forteza, presidente de la Asociación de Vecinos del Coll de’n Rabassa.

La villa que está a la venta por casi 7 millones, el precio al que se vende una casa de lujo con buenas vistas y total intimidad en Son Vida, está en primera línea, frente a la playa. Tiene 660 metros cuadrados en el interior y otros 600 entre terrazas y balcones. También cuenta con piscina, jacuzzi, barbacoa, sauna finlandesa y ascensor. Son cinco habitaciones y siete baños.

Para el portavoz de los vecinos, ese precio tan elevado es posible que responda a una inversión especulativa. «Si te fijas, se podrían hacer dos o tres pisos por planta. Si luego vendes cada piso por dos millones, acabas haciendo un gran negocio, te sale redondo. Yo veo este tipo de operaciones como compras para especular y vender más caro después», sostiene Forteza, quien asegura que «los noruegos se vuelven locos por tener un apartamento aquí y pagan millonadas».

«Estamos muy preocupados por esta dinámica inmobiliaria de la zona, que está transformando el barrio, sus comercios, las cafeterías, el espacio público», añade, «y que ya ha alcanzado Ciutat Jardí y Cala Gamba». Este vecino relata que la semana pasada se produjo un buzoneo de una inmobiliaria interesada en las casas de la zona. «Nos dejaron un tríptico y una tarjeta. Ahora esta semana se han personado en las casas. Nos han visitado ofreciéndonos por las ventas de las viviendas sobreprecios, valores superiores a los de mercado, ya elevados de por sí», cuenta. «Así vencen voluntades. Ofreciendo ese sobreprecio contagian aún más al mercado, ya al alza, y finalmente acaba afectando a todas las casas de la zona», denuncia.

El presidente de la Asociación Inmobiliaria Balear Nacional e Internacional (ABINI), Hans Lenz, Lenz, sostiene que ahora mismo «el mercado está enrarecido, la inflación ya se nota mucho y también el frenazo económico. El mercado inmobiliario en Alemania ahora mismo no está bien y les está pasando un poco lo que sucedió aquí en 2008 con el sistema hipotecario. Se está hablando de limitar la compra de vivienda a no residentes en Baleares, pero es que igual no va a hacer falta. Lo que sería necesario es poder construir vivienda asequible en las islas, es urgente, pero con tanta normativa en tan poco tiempo no se está dando seguridad jurídica a los promotores», considera.

Solar goloso

A los vecinos del Coll también les preocupa el solar vecino al chalé más caro del barrio. «Es municipal, de 1.500 metros cuadrados, reservado para equipamientos. Si esta presión inmobiliaria se tensa más, nos inquieta que el Ayuntamiento pueda venderlo a una empresa extranjera para obtener dinero y después hacer el cambio de uso. Es un solar muy goloso para hacer viviendas y en el que no hay previsto ningún equipamiento público de momento. En el Coll ya hay un casal de barrio, un centro de salud y la escoleta se construirá en otro sitio», apunta. «Dudamos mucho de que se vayan a edificar oficinas municipales al lado de la playa».

En la zona, donde también proliferan las autocaravanas y varias casas se dedican al alquiler turístico, acaba de iniciarse la construcción de una nueva promoción en la calle Illa de Malta. En otro solar, ya con la licencia concedida, se anuncia otra. «La transformación es imparable si no se toman medidas contundentes», concluye Forteza.

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