La Autoridad Portuaria de Balears (APB) empezó a desviar ayer por la mañana el tráfico de los cuatro carriles de circulación (dos de ida y dos de vuelta) al lado más cercano al mar del Paseo Marítimo de Palma.

Pese a que desde la APB aseguraron que todos los servicios se mantendrían, gran parte de los semáforos del paseo no estaban operativos, lo que obligó a un gran número de efectivos de la Policía Local a movilizarse a la zona para regular el tráfico.

Aún así, el tráfico fue fluido y no se registraron atascos significativos durante el día, salvo en las primeras horas de la mañana, en las que los carriles hacia el centro de Palma se congestionaron puntualmente, como suele ser habitual en la zona. Igualmente, a esta hora todavía no se había efectuado la desviación de carriles.

Pasadas las once de la mañana, con un ligero retraso debido a la lluvia, los operarios cortaron el tráfico en los dos carriles hacia Portopí procedentes de la Avenida Gabriel Alomar y de la calle de Monsenyor Palmer.

De esta manera, las obras se están ejecutando en las aceras del lado interior del Marítimo y en los carriles en dirección Portopí, desde la Avenida Argentina hacia la Torre Paraires.

Pese a que la mayor parte de semáforos no funcionaban, sí se mantuvieron las paradas de autobús, contenedores de residuos, puntos de carga y descarga, plazas de estacionamiento para personas con movilidad reducida y pasos de peatones.

Las obras de remodelación del lado de la tierra empezaron el pasado lunes, por lo que los comercios de esta zona tuvieron que retirar las mesas, sillas y toldos de la acera, así como del vial habilitado para la ampliación de terrazas durante la pandemia.

Aun así, ayer todavía quedaban algunos toldos y terrazas por retirar, pese a que dos días antes se iniciaron las reformas en la acera. Cabe decir que la APB contempla excepciones con las terrazas que figuran en el título de ocupación con elementos fáciles de retirar, como mesas, sillas o sombrillas, siempre que no afecten a las obras.