El camerino de Marc Seguí se convirtió en un hervidero de personas entrando y saliendo pocos minutos después de las 23:50, la hora a la que debía empezar su concierto. Algo fallaba. Mientras el público gritaba su nombre y aplaudía, él deambulaba nervioso de un lado a otro entre bastidores.
El contratiempo estaba en una mesa de sonido, que comenzó a presentar fallos técnicos pocos minutos antes del concierto. Pese a que el problema era ajeno a la organización del ayuntamiento de Palma, más de diez técnicos se volcaron en tratar de solucionarlo.
Mientras tanto, la incertidumbre se respiraba incluso entre los miles de ‘fans’ del mallorquín, que desconocían lo que estaba ocurriendo. Cuarenta minutos más tarde, el artista apareció en el escenario, entre ovaciones y aplausos del público, para pedir disculpas: «Empezamos en diez minutos», aseguró.
El concierto comenzó finalmente alrededor de la una de la madrugada, una hora después de lo programado. Aunque algunos asistentes ya habían decidido marcharse a casa, la plaza de la Reina estalló entre vítores cuando el mallorquín apareció de nuevo.
Entonó primero ‘Agua salada’, entre el reggaetón y el flamenco, con unos acordes de guitarra que narraban la historia de una relación tóxica. Después, canciones como ‘Loop’, ‘Pelis de amor’ o ‘Despertar’ causaron verdadera locura entre los ‘fans’ del artista, que pese a la pequeña decepción corearon a pleno pulmón todos los temas.
Afortunadamente, Paula Cendejas y Ana Tijoux se lucieron con actuaciones brillantes previas a la de Marc Seguí en la plaza de la Reina. La primera ofreció una función de lo más íntima; se volcó en su público, que respondió con mucho cariño y complicidad.
El concierto de Paula Cendejas, que saltó a la fama por sus ‘covers’ en las redes sociales, estuvo lleno de versiones. La madrileña incluso se atrevió con ‘Dolerme’, de Rosalía, aunque también hubo composiciones propias de la artista, como ‘X ti’, ‘Nosotras’ u ‘Ojos negros’, que cerró la actuación.
Ana Tijoux saltó al escenario poco después. Con su ‘rap’ combativo y reivindicativo enamoró a su público, compuesto en gran parte por mujeres jóvenes. «Vamos, Mallorca, gritad fuerte», animaba la chilena, que pese a actuar al mismo tiempo que la gran Amaia, logró llenar la plaza de la Reina. Al son de la guitarra, el piano, el saxofón y la batería, Tijoux cantó temas como ‘Pa Que’, ‘Antipatriarcal’ o ‘Cacerolazo’ a un público completamente entregado.
