"La situación en la perrera municipal de Palma, Son Reus, es insostenible, nada ha cambiado desde el año 2018, salvo la fachada pintada". Así de contundente es Leonor Bauzá, una antigua voluntaria del centro de protección animal de Son Reus, que en los últimos años libra una batalla contra sus responsables para dignificar las instalaciones.

Según Bauzá "no se está dando la atención veterinaria a los animales como manda el manual de gestión de Son Reus, tal como marca la legislación vigente de Bienestar Animal, que el Ayuntamiento está obligado a cumplir, pero no cumple".

"Perros con diarrea, gatos hacinados, el perro de la jaula 104 con sangre en la orina, el de la jaula 91 lleva dos meses sin salir, el de la jaula 29 tiene el ligamento cruzado roto, el de la jaula 109 tiene infección ocular", denuncia. Y así suma y sigue. Además, recuerda que "cada vez hay menos voluntarios" y, sin voluntarios, los animales "no hacen el ejercicio diario como manda la ordenanza de 2011".

Navidades encerrados

La denunciante se hace eco también de que una persona asidua a Son Reus publicó el pasado día 3 de diciembre que "en la jaula 27 de la perrera municipal hay una Setter ciega y con Leishmania que es un amor, es increíblemente dulce".

Y se pregunta, ¿Puede pasar la Navidad en tu casa? Se lamenta asimismo de que solo pudiera adoptar uno, aunque hubiese preferido poder llevárselos a todos. Por lo que hace un llamamiento a los ciudadanos para que "antes de comprar un perro se pasen por Son Reus".

También publica una fotografía de una perrita que ha sido desahuciada hace una semana y, como todos sus compañeros, "está obligada a vivir encarcalada en una jaula", por lo que solicita si alguien puede hacerse cargo de ella.

Por último se pregunta si Son Reus cumplirá algún día con la nueva ley de Bienestar Animal, y si "la perrita, obligada como sus compañeros que se están consumiendo, pasarán estas fiestas encerrados en jaulas frías y húmedas, solas y sin compañía".