El supervelero Black Pearl, de 106 metros metros de eslora y tres mástiles móviles e idénticos de 70 metros de altura, la joya del mar de los astilleros holandeses Oceanco que perteneció al oligarca ruso Oleg Burlakov, ha fondeado en la bahía de Palma, donde su imponente estampa despierta el interés de multitud de navegantes que se acercan a contemplar de cerca a uno de los veleros más grandes y avanzados del mundo.

Burlakov, que falleció el año pasado a consecuencia de la covid-19, antiguo oficial de la fuerza aérea soviética, con muchos conocimientos en el diseño aeronáutico y aeroespacial y con intereses empresariales en la industria del petróleo y en la producción de cementos, se empeñó no solo en construir su propio barco y participar en su diseño, sino también en convertirlo en el más eficiente desde el punto de vista energético, una tarea que emprendió en 2010 y que finalizó en 2018, cuando el barco le fue entregado.

Tres optimist pasan por delante del Black Pearl, en la bahía de Palma Miguel Vicens

El piano de Bonaparte navega a toda vela

Por ese empeño dotó al Black Pearl, que navega bajo bandera de Islas Caimán, de un sistema de propulsión híbrido, además de un gran banco de baterías. Navegando a vela, las hélices del barco giran hacia atrás, generando hasta 480 kilovatios de potencia para uso y almacenamiento a bordo, lo que permite navegar en absoluto silencio durante períodos prolongados. Y con buen viento es capaz de cruzar el Atlántico sin gastar un solo litro de combustible fosil. Con energía eléctrica puede alcanzar los 17,5 nudos y los 30 navegando a vela.

Según información de la publicación náutica Boat International, los interiores son el secreto mejor guardado del buque, aunque el diseñaor Ken Freivokh reveló un detalle que encaja con la afición a las antigüedades del que fuera su propietario, pues encargó que en la distribución de las estancias solicitara que encajara un piano que perteneció a Napoleón Bonaparte. La distribución ordena, además, un salón principal y un enorme estudio privado, además del camarote del que fuera su propietario. Solo hay cuatro camarotes dobles más para invitados y familiares, además de un gran gimnasio, una bodega con espacio para 4.000 botellas con sala anexa de degustación, un club de playa, un cine en la cubierta superior y un hangar que embarcaciones auxiliares y una limusina. El ahorro solo es importante a bordo si es energético. El barco pertenece ahora a los heredes de Burlakov.

El yate Black Pearl en la bahía de Palma, con tres corb marí en priemr plano Miguel Vicens