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Nuredduna, entre el descontento y la ilusión

El polémico eje cívico en el corazón de Pere Garau supera sus primeros días con un ambiente de lo más animado | Vecinos y comerciantes se dividen después de un año y medio de obras

VÍDEO | La calle Nuredduna peatonal: vecinos y comerciantes opinan

VÍDEO | La calle Nuredduna peatonal: vecinos y comerciantes opinan Bernardo Arzayus

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VÍDEO | La calle Nuredduna peatonal: vecinos y comerciantes opinan Irene R. Aguado

Nuredduna no convence a todos. Sea por las expectativas, que estaban por las nubes después de un año y medio de aparatosas obras, o porque todavía existe recelo después de la intensa oposición ciudadana que cuestionó una y otra vez uno de los proyectos más importantes (y polémicos) de esta legislatura.

Después de todo, Nuredduna ha cobrado vida y aspira a equipararse al que fue el primer eje cívico de Palma, la calle Blanquerna, que peatonalizó hace más de diez años el ayuntamiento de Aina Calvo después de una larga batalla que llegó incluso a los tribunales. Ya nadie cuestiona el éxito de aquella reconversión, pero a Nuredduna le costará ganarse el mismo puesto en el imaginario colectivo.

Vecinos y comerciantes de la zona se debaten entre el descontento y la ilusión por una posible época de prosperidad en Pere Garau. Algunos apostaron por poner toda la carne en el asador aunque todo fuera incertidumbre: «Aproveché los meses de obras en la calle para hacer mejoras en mis locales, aunque naturalmente causó molestias. Pero ahora estoy muy contento, hay muchas más familias y turistas paseando y las ventas han subido», comenta Yuan Ji, propietario de la mayoría de establecimientos chinos de la calle.

En el Bar Mónaco también aprovecharon el paréntesis de las reformas en la calle. Tanto, que el negocio abrió el mismo día en que el eje cívico se estrenó al público: «No puedo comparar el antes y el después porque nosotros no vivimos las obras. Pero puedo decir que estamos encantados con la peatonalización, da más calidad al barrio y todavía hay accesos para aparcar», señala el jefe de sala del local, Mariano Valent.

Las tediosas obras tampoco afectaron tanto a establecimientos como el de José Ramón Ferragut, que regenta la floristería Art Viu: «Somos un servicio, aquí el cliente viene a propósito cuando necesita flores, por lo que las ventas no bajaron tanto», explica. «Creo que la peatonalización ha sido una buena idea. Es pronto para decirte si han aumentado las ventas, pero sin duda pasa más gente y hay más ambiente en la calle», añade el responsable.

Saskia y Alissa desayunan en uno de los bares de Nuredduna. | BERNARDO ARZAYUS

Pero no todo son flores para Nuredduna. A tan solo unos pocos metros, en Univers del Còmic (el antiguo Norma Comics), el debate sobre el nuevo eje cívico levanta escamas y provoca cuanto menos «decepción»: «Nos dijeron seis meses de obras y al final ha sido más de un año. El proyecto se tendría que haber consensuado con los comerciantes, pero no nos escucharon», dice Mateu Balaguer, propietario de la librería.

Cort ha instalado bancos por toda la calle, aunque algunos vecinos piensan que hay pocos. | BERNARDO ARZAYUS

«En Navidades, cuando más clientela recibimos, mi trozo de la calle estaba completamente abierto, la gente no podía pasar», lamenta Balaguer. Y añade: «Ahora resulta que los clientes no pueden venir en coche. Antes venían, aparcaban en la puerta, compraban y se iban. Ahora esta zona es mala para aparcar».

La misma decepción siente Chelo, vecina de la zona, que se apresura en explicar en pocos minutos toda una retahíla de protestas: «Han puesto unos jardineras que no sirven para nada, los árboles en medio del paseo no tienen sentido. En la plaza han puesto una zona de juegos infantiles muy cerca de los coches, es peligroso. Los bancos de la plaza de las Columnas no tienen sombra». Y todavía hay más: «El suelo muy mal elegido, estaba sucio antes de inaugurarse. Esto es el colmo, el Ayuntamiento tendría que haber hecho caso a los vecinos», concluye indignada.

Mientras tanto, Saskia Palmer y Alissa Battezzato desayunan café y pastas en un bar cercano. En un momento dado, sale la conversación: «A mí me gusta mucho como ha quedado, y desde el principio me encantó la idea. Veo la calle Nuredduna como el principio de algo mucho más grande», comenta Alissa. «También hay mucho más verde, que es importante en las ciudades, y hace que sea agradable pasear por aquí», añade. Su amiga Saskia coincide en la misma línea: «Esta calle tenía mucho potencial. El proyecto es muy bonito y ha quedado chulo, tengo ganas de verlo con los árboles crecidos y con las luces de Navidad», contesta.

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Nuredduna, entre el descontento y la ilusión

Hace poco más de una semana que Cort abrió la zona de juegos infantiles en la plaza de las Columnas y dio por finalizado el proyecto, al que se le ha destinado un total de 1,8 millones de euros. El mismo día, por la noche, después de varios actos institucionales en la zona, se inauguró por fin el eje cívico con una fiesta por todo lo alto: gegants, xeremiers, actuaciones musicales y cientos de vecinos dieron la bienvenida a la calle reformada y anunciada a bombo y platillo.

En el último tramo de las obras, los comercios exigían al unísono poner en marcha cuanto antes la calle después de un duro año. Ya en pleno funcionamiento, Nuredduna tienta a comercios y vecinos con mucho bullicio y un ambiente de lo más animado. Está por ver si, con el tiempo, consigue convencerles.

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