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Barri Cívic reclama a Cort que revise las licencias en Santa Catalina

La entidad vecinal asegura que «la negligencia es la norma» y que no existe un seguimiento adecuado de los permisos de ocio

Agentes de la Policía Local en una de sus actuaciones al principio del verano en Santa Catalina. | MANU MIELNIEZUK Manu Mielniezuk

La entidad Barri Cívic de Santa Catalina ha exigido al Ayuntamiento de Palma que inspeccione las licencias de actividad que se conceden a los bares y locales de ocio de la barriada y que se compruebe por parte de la Administración si los usos permitidos por las autorizaciones concedidas se mantienen en el tiempo o, por el contrario, se incumplen, tal como denuncian que sospechan que se produce en numerosas ocasiones.

La asociación vecinal, tras analizar el control y la gestión de las licencias de actividad que se realiza por parte del Ayuntamiento, cuestión que corresponde a la concejalía de Modelo de Ciudad, por lo que se refiere a las licencias de actividad, ha llegado a la conclusión de que «la negligencia es la norma» puesto que «no existe un seguimiento adecuado por parte de la Administración de los usos de las licencias de los bares de ocio».

La permisividad y la falta de un seguimiento hace «que el problema de los vecinos, que deben soportara las molestias de ruidos derivadas por el funcionamiento anormal de estos establecimientos, se agrave y se alargue durante años».

Recuerdan que los vecinos de Santa Catalina y de otros barrios de la ciudad llevan «años denunciando una situación insoportable debida a la sobreocupación de locales de ocio y terrazas en la zona».

Descontrol e incumplimiento

Afirman que «la falta de actuación de las autoridades nos ha llevado a explorar como es posible que exista tanto descontrol y hemos comprobado como a la problemática de la saturación de locales de ocio , se añade en muchos casos el de un incumplimiento de las licencias de actividad autorizadas por el Ayuntamiento».

Aseguran que «algunos establecimientos con licencia de restaurante, bar o cafetería, actúan en realidad como discotecas, sala de conciertos o terrazas para la organización de fiestas y juergas hasta altas horas de la noche, lo que va en detrimento de aquellos establecimientos que sí cumplen con la normativa».

Lamentan que en su barrio sean «muchos los establecimientos que, con una licencia de restaurante o bar-cafetería, dinamizan el ocio nocturno perturbando así la posibilidad de una vida digna para los vecinos del barrio». Además, «transforman y deterioran el espacio urbano residencial, ya que se ubican en fincas de viviendas de uso comunitario, incluyendo plantas bajas, zonas verdes, espacios peatonales y patios».

Por ello, estos establecimientos, «además de las molestias y la vulneración de los derechos de los vecinos, incumplen la normativa municipal que otorga el Ayuntamiento, generando una angustia residencial de alto voltaje en el barrio».

Aseguran que «son decenas los ciudadanos» que sufren el malestar y tienen problemas a la hora de descansar debido a la actividad irregular de estos establecimientos.

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