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Crece el número de tiendas del Centro de Palma que planean cerrar en invierno

La patronal Afedeco afirma que cada más establecimiento de los principales ejes comerciales están estudiando la posibilidad de bajar la barrera algunas semanas ante las dificultades para rentabilizar el negocio tras la marcha del turismo

El comercio tradicional augura una fuerte caída de la demanda a partir de noviembre. MANU MIELNIEZUK

Cada vez hay más establecimientos comerciales del centro de Palma que están analizando la posibilidad de cerrar sus puertas durante algunas semanas del invierno, ante la dificultad para rentabilizar su negocio una vez se haya marchado la mayoría de los turistas, según apunta el presidente de la patronal Afedeco, Antoni Gayá, una afirmación que se ve respaldada por su homólogo en la calle Jaume II, Pedro Mesquida, eje este último que ya registró algunas de estas bajadas de barrera durante la pasada temporada invernal. El problema, según se señala, es la caída en la rentabilidad de algunas tiendas una vez se reduzcan las ventas a extranjeros.

Gayá recuerda que el pasado invierno ya se pudo comprobar como varios establecimientos optaban por paralizar su actividad durante algunas semanas a lo largo de la temporada baja, debido a que los ingresos que conseguían eran insuficientes para compensar los costes, una situación que se espera que sea más grave a partir del próximo noviembre.

En este sentido, desde el sector se apunta que entre las opciones que se barajan está la de concentrar las vacaciones del personal durante el mismo mes para poder mantener el local sin actividad, o en el caso de disponer de más de una tienda, cerrar al menos una y concentrar la actividad y a las plantillas en las restantes. También se recuerda que el convenio del sector y el cómputo irregular de jornada permiten hacer más horas durante los seis meses de la temporada alta, para poder cerrar dos o tres en la baja.

Noviembre complicado

El motivo de estas estrategias radica en la previsión de que la situación del sector se va a complicar a partir de noviembre, coincidiendo con el fuerte descenso en la llegada de visitantes, a lo que se suma un consumo local cuya evolución se espera la baja debido al aumento de los precios y al temor de que los problemas energéticos deriven en una crisis económica en Europa.

En concreto, el presidente de Jaume II señala que el periodo más complicado para el sector va a ser el comprendido entre los próximos meses de enero y marzo, hasta que la Semana Santa marque el inicio de una nueva temporada turística, sobre cuya fortaleza también se plantean dudas a la espera de ver como evolucionan la economía alemana y británica.

Antoni Gayá y Pedro Mesquida suman a todo ello unas políticas que en su opinión no están favoreciendo el que los consumidores accedan a los ejes comerciales del centro de la ciudad, como el problema para encontrar estacionamiento o la decisión de que los escaparates permanezcan sin iluminar durante la noche. En este contexto, el presidente de Afedeco vaticina que «dentro de seis meses vamos a tener que poner en marcha alguna campaña para conseguir que el público vuelva a pasear por esas calles».

El presidente de la patronal Pimeco, Antoni Fuster, y el vicepresidente de Pimem-Comerç, Miguel Angel Salvá, no comparten que ese aumento de los cierres vaya a ser notable, pero coinciden en la previsión de que el invierno va a ser «duro», en un contexto de elevada inflación que puede retraer el consumo de las familias residentes.

Medidas de ahorro

Por lo que respecta a las medidas de ahorro energético impuestas por el Gobierno central, se indica que se está respetando la orden de apagar las luces de los escaparates a partir de las 10 de la noche si el establecimiento ya está cerrado, al igual que las que fijan las temperaturas en el interior de los locales.

Las dudas siguen centradas en la exigencia de que las puertas de las tiendas sean de cierre automático, ya que continua sin aclararse si como alternativa se van a poder utilizar las cortinas de aire, tal y como se reclama desde el sector.

En cualquier caso, a partir del próximo mes, salvo en los grandes comercios, comenzará a rebajarse el uso de la refrigeración de los establecimientos, y en muchos casos ésta no se verá sustituida posteriormente por la calefacción.

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