Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El centro de Palma, un macrosouvenir

Patronales de comercio y empresarios de establecimientos emblemáticos están divididos frente a la proliferación de las tiendas de recuerdos en el centro | Mientras que unos creen que es un modelo «necesario», otros ven una «amenaza» para los negocios tradicionales

El entorno natural de las tiendas de souvenirs era la Platja de Palma y Cala Major, pero en los últimos años se han multiplicado también en el centro de Ciutat. GUILLEM BOSCH

‘Sargantanas’ de colores, imanes para la nevera, ensaimadas, ‘siurells’ o figuras de La Seu. Ningún turista quiere quedarse sin un recuerdo de la isla, un nicho de mercado que algunos empresarios saben explotar muy bien. Tanto, que las tiendas de souvenirs se han propagado de Cala Major y la Playa de Palma, que hasta hace poco eran su entorno natural, hasta el centro de Ciutat, donde copan los barrios con hasta nueve establecimientos en una misma calle, como pasa en la de Antoni Maura.

Para el presidente de la patronal de comercio Afedeco, Toni Gayà, este tipo de tiendas suponen una «amenaza» para los pequeños negocios, «los de toda la vida», como los establecimientos emblemáticos. «Es un mercado delicado, me preocupa que acabe modificando la fisonomía del centro de la ciudad, como ya ha pasado en el Arenal», manifiesta el responsable.

Gayà asegura que el tipo de tienda de souvenir que prolifera, lejos de ofrecer productos típicos de la isla, es una especie de multitienda que vende desde bebida y comida envasada hasta artículos de recuerdo «de muy baja calidad, la mayoría fabricados en China». «No se debería poder vender productos típicos falsificados sin ningún problema», considera.

Además, gran parte de estas superficies «no siguen la misma normativa que los demás, por ejemplo, respecto al horario, por lo que juegan con ventaja». A todo eso se le suma que estos comercios «no practican el consumo y economía circular», añade Gayà. De hecho, ciudades como Barcelona ya han empezado a limitar tiendas de souvenirs.

En cambio, el presidente de la patronal Pimeco, Toni Fuster, ve con buenos ojos este modelo de comercio, que incluso considera «necesario», y se opone a la idea de que se estén reproduciendo de forma inusual: «Todos los comercios son bienvenidos. No creo que su presencia tenga que alarmarnos», expresa.

La mercancía que despachan, dice Fuster, es distinta a la que vende el comercio de proximidad, por lo que no es competencia, sino una manera de dinamizar la zona y ofrecer variedad de productos. Para Fuster, los usos turísticos de la ciudad no han hecho más que beneficiar a los pequeños negocios. «Cerca del 80% de las ventas de los comercios en el centro de Palma son a turistas», recuerda.

Así las cosas, para el líder de Pimeco, el descenso de ventas que ha experimentado este año el comercio de proximidad ha sido provocado por causas como la inflación, pero en ningún caso se debe una supuesta modificación del perfil comercial de la ciudad.

En esta línea, Pedro Miró, el propietario y gerente de la casi centenaria Joyería Miró (hoy es un establecimiento catalogado como emblemático), coincide con el líder de Pimeco en que el modelo de negocio de unos y otros es distinto: «Nosotros ofrecemos calidad frente a la cantidad, no es competencia ni nos perjudica porque, a diferencia de ellos, damos un trato personalizado al cliente y nos hemos especializado en un área concreta, por lo que el público es distinto», abunda el empresario.

En cambio, para la gerente de la imprenta Nueva Balear, Belén Aguiló, está claro que el boom turístico ha supuesto una sacudida comercial que ha obligado a los de toda la vida —su empresa, también distinguida como emblemática, tiene 109 años de vida— a reinventarse: «No nos queda otra», dice. Por eso, este mismo año han habilitado para la exposición y la venta de pósteres un gran espacio que empleaban como almacén, y han musealizado las máquinas antiguas para que los clientes puedan ser testigos de los procesos de la obra gráfica. «Pero esperamos visitas también de los residentes, no solo turistas», aclara.

Compartir el artículo

stats