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Críticas por la tardanza de Cort en conceder licencias de construcción

Particulares que desean edificar lamentan que los plazos superan los dos años y los costes aumentan

A pesar de la aceptación general que han recibido las nuevas edificaciones de Gomila, algunos vecinos lamentan haberse quedado al margen de la transformación del barrio.

A pocos metros de las nuevas edificaciones, un particular, propietario de un solar vacío, lleva dos años intentando contribuir al cambio de imagen que se está realizando. Sin embargo, parece imposible conseguir licencias de construcción por parte del ayuntamiento de Palma, situación que ya ha sido criticada por varios estudios de arquitectura y profesionales del ámbito.

«La venta de solares en Palma no tiene demanda porque los clientes saben que Urbanismo tarda de media dos años en conceder estas licencias», asegura Claudia Fiori, propietaria de la agencia inmobiliaria Clau2015.

Esta profesional remarca que esta situación afecta a todo aquel que busca construir una vivienda unifamiliar en urbanizaciones del extrarradio que pertenecen a Palma. Una situación que hace que posibles compradores no quieran ni siquiera ver un solar dentro de la ciudad, debido al problema de taponamiento que existe en este departamento.

«La gente de aquí se cansa y al final estos solares solo los compran turistas, cosa de la que luego, encima, se quejan», afirma el particular. Denuncia, además, que le retienen 5.000 euros desde hace casi 24 meses porque estas licencias oscilan entre los 6.000 y 7.000 euros, a los que hay que añadir la inversión de obra.

Este ciudadano afectado destaca también cómo en esta zona existe un edificio del Ayuntamiento que se encuentra en un estado «deplorable» de abandono. «Si este edificio fuera de particulares estarían todo el día en su puerta para que lo arreglaran, pero como es suyo les da lo mismo», critica.

Además, subraya que los plazos de licencias no son el único problema a los que se enfrenta. Aunque se consiguiera iniciar la obra, los obstáculos ante los proyectos planteados son constantes. «Un técnico me ha dado una negativa porque la edificación era demasiado moderna, pero luego no hay ninguna prohibición escrita que me impida construir de esta manera en la zona», asegura el vecino.

Otra consecuencia negativa de estos plazos tan largos es que los precios van incrementándose. En tan solo dos años, lamenta, el aumento ha sido de casi un 40%. «Yo creo que me iré hasta los tres años de espera, todo por la dejadez del Ayuntamiento», concluye.

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