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Emaya registró un vertido de aguas al mar cada cuatro días entre 2003 y 2014

Un informe remitido por el gerente de la empresa municipal en el último año del mandato de Mateo Isern al departamento del exconseller Company pone de manifiesto que «la situación de los vertidos es insostenible»

A partir de 2015 se coloca la bandera roja cada vez que hay un vertido, antes no siempre. Manu Mielniezuk

Los vertidos de aguas residuales a la bahía de Palma por la insuficiencia y obsolescencia de sus sistemas de saneamiento son una constante desde hace años. En un escrito firmado por el gerente de la empresa municipal el 17 de octubre de 2014, Pedro Campaner, y dirigido al entonces director general de Recursos Hídricos, Salvador Pedrosa, en tiempos del exconseller conservador Biel Company, se pone de manifiesto que entre 2003 y 2014 se han producido un total de 1.024 vertidos de aguas sin depurar al mar, lo que supone una medida de uno cada cuatro días.

En este informe se indicaba ya «la absoluta necesidad» de realizar inversiones en el saneamiento «tal como ponen de manifiesto los vertidos que se están produciendo y la descompensación» entre la recaudación del canon de saneamiento y las inversiones realizadas.

Esta «descompensación» hasta junio de 2014 alcanzaba la cifra de 101 millones, puesto que de los 212 millones recaudados en este perídodo solo se habían invertido por parte del Govern con dinero procedente del canon en mejoras de saneamiento poco más de la mitad, siendo de cero euros desde 2010.

El escrito de Campaner se acompañaba de una relación detallada de todos los vertidos de aguas sucias al mar realizados en este período de tiempo, con el fin de «constatar las consecuencias que se derivan de las deficiencias de infraestructura».

Campaner insistía ya en 2014 que «el problema es de carácter estructural y requiere una actuación absolutamente inaplazable». Por ello, el escrito también acompañaba «los principales riesgos ambientales derivados de los vertidos, así como una relación de infraestructuras necesarias para solventar esta situación.

Se ponía de manifiesto asimismo que Emaya había solicitado distintas subvenciones con el fin de ejecutar los proyectos que permitirán «dar solución a la actual precariedad del sistema de saneamiento» sin que hubiera obtenido respuesta pese a que «en algunos casos extremos la situación se ha convertido en insostenible», por lo que cabe actuar «por urgencia perentoria».

1.000 derrames por exceso de volumen por lluvias

De los 1.074 vertidos contabilizados por Emaya entre 2003 y 2014, la inmensa mayoría, en concreto 1.000 según el listado remitido a la Conselleria, fueron provocados por el exceso de volumen de agua tanto como por las lluvias debido a la no separación de las redes de agua residual y pluvial. Un total de 17 vertidos se produjeron por averías, 20 por obras, seis por paradas, dos por apagones y 14 por causas que no constan. Los vertidos continuaron entre 2014 y 2019 en 176 ocasiones por lluvia y seis por avería. La bandera roja no se colocaba cada vez que se producía un vertido hasta 2015, sino que solo se hacía cuando una vez realizadas las analíticas estas daban positivo. Por ello, de los 30 vertidos registrados en las temporadas turísticas de entre 2012 a 2014 las playas solo se cerraron en cinco ocasiones.

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