La concesionaria de los kioskos de Palma, Nova Área, advierte que Palma se puede quedar sin estos puestos de venta en agosto.

Critica que desde 2018 ha denunciado ante el ayuntamiento de Palma la difícil situación que atraviesa debido a «la negativa evolución de las publicaciones periódicas en España y en todo el mundo», que afirma, «ha hecho que la explotación de los kioscos, en los términos de la concesión del 2010, sea inviable económicamente», que ha intentado buscar una solución conjunta y que su «única respuesta del Ayuntamiento ha sido el silencio».

Denuncia que, tras múltiples reuniones con los responsables y entregar informes y auditorías de terceros, «ha habido una manifiesta incapacidad para encontrar salida alguna, a diferencia de lo que se ha hecho en otras ciudades como Madrid, Barcelona o valencia».

La concesionaria explica que, debido a los efectos de la covid, la situación se agravó y que el Consistorio pareció interesarse por solucionar el problema, que incluso prometió en rueda de prensa condonar el canon de 2020 por mor de la pandemia. Sin embargo, asegura que a final de ese año «ejecutaron todos los cánones mensuales que durante el curso del año no habían aplicado desde el confinamiento, iniciándose además vía de apremio con recargos e intereses». Según Nova Área, aunque el Ayuntamiento les aseguró que se trataba de un «mero error administrativo», se desestimó y, apuntan, «incluso llegaron a embargarnos las cuentas bancarias».

Nova Área explica que el 3 de marzo de 2021 procedieron a la solicitud de reequilibrio económico financiero al Ayuntamiento, y que, a pesar de su insistencia ante el teniente de alcalde Alberto Jarabo o ante el propio alcalde, José Hila, no recibieron siquiera «contestación alguna».

La concesionaria asegura que, a pesar de todo, anticipó a Cort su voluntad «de no continuar con las condiciones actuales la explotación de los kioscos que vence el mes de agosto», que se ofrecieron a buscar alternativas que pudieran interesar a otros concursantes y que aun así «la única respuesta ha sido el silencio». Por todo ello, dicen temer que en el mes de agosto, «y en plena temporada turística, nos tengamos que resignar a ser una ciudad sin kioscos de prensa».