Los empresarios de la restauración y el ocio de Santa Catalina se mostraron este viernes unidos por y contra los residentes del barrio palmesano. «Respetamos el silencio de los vecinos, es sagrado, pero también lo es trabajar, y la convivencia es necesaria». Así se manifestó la Asociación de Restauración y Ocio de Santa Catalina, perteneciente a Restauración Mallorca CAEB, que dijo estar viviendo una «campaña de acoso y derribo» por parte de los vecinos de la zona.

Aseguraron que siempre han «intentado tener buena relación» con ellos, pero que hay asociaciones que ni siquiera se quieren reunir. Según explicaron, se referían a Barri Cívic de Santa Catalina, a la que acusaron de «turismofobia». «Si no quieren sentarse con nosotros es que no tienen ganas de solucionar nada», criticó ayer el presidente de Restauración Mallorca CAEB, Alfonso Robledo, durante la rueda de prensa celebrada junto a la secretaria de la asociación de restauradores, Susana Bellafont; a su presidente, Juan José Campos; y a la secretaria general de la Asociación Balear de Ocio y Entretenimiento (ABONE), Rosana Gabardón.

«Somos empresarios de calidad, vecinos y residentes de Santa Catalina», señalaron, por lo que aseguraron que también están «en contra del incivismo». «Pero, claro, lo fácil es echar la culpa a los locales», apuntó Bellafont, quien criticó que los residentes «hacen fotos todo el día para denunciar cualquier cosa», lo que calificó de «acoso continuo y difamatorio en redes sociales».

Desde la Asociación explicaron que en 2021 solicitaron una reunión con la regidora de Seguridad Ciudadana del ayuntamiento de Palma, Joana Maria Adrover, para exponer «la problemática que veíamos venir una vez levantadas las restricciones por la covid», una situación que finalmente se ha dado. «Me da la impresión de que el coronavirus está haciendo daño en la salud mental de la gente y eso nos está perjudicando. Hay que calmarse un poco», dijo con rotundidad Bellafont al explicar que Santa Catalina lleva muchos años siendo «un punto de encuentro, un barrio de referencia tanto para el cliente local como internacional» y apuntar que no entiende a qué se debe ahora lo que calificó de «persecución».

Policías después del cierre

Por todo ello, desde la Asociación pidieron a Cort que celebre una mesa de diálogo en la que «estemos todos» -residentes y empresarios- «y haga de intermediario para poder llegar a un acuerdo» ya que, dijeron, «somos vecinos y la convivencia es necesaria». Además, aunque agradecieron al Consistorio el refuerzo policial en la barriada, solicitaron que los agentes estén presentes tras el cierre de los restaurantes, puesto que, según explicaron, «es cuando se dan los problemas de incivismo». En este sentido, Juan José Campos aseguró comprender a los vecinos porque «el problema es muy concreto, el incivismo», algo sobre lo que, aseguró, los restauradores también están en contra.

De hecho los empresarios mostraron ayer a los medios unos carteles con la frase «Respeten el descanso de los vecinos» que colgarán en sus establecimientos y difundirán en redes sociales para pedir a los clientes que sean considerados con los residentes. «Como se puede ver, no pasamos del tema. Nos preocupa. El derecho a dormir es sagrado, pero a trabajar también», espetó Robledo.

Según explicó el presidente de Restauración Mallorca CAEB, es tal su deseo de atajar los problemas de incivismo en el barrio, que a partir de ahora no darán servicio a despedidas de soltero «ruidosas». «Si van con megáfonos y armando jaleo no les atenderemos», aseguró.

Barri Cívic: «No nos negamos a reunirnos, pero nuestro referente son las instituciones»

La reacción por parte de la Asociación Barri Cívic Santa Catalina no se hizo esperar. Respondieron al sector de la restauración y el ocio del barrio palmesano, que ayer les reprochaba no querer hablar con ellos para tratar la problemática, que no se niegan a reunirse, pero que ven más acertado hacerlo con las instituciones. 

«No nos negamos a reunirnos, pero tenemos muy claro que nuestro referente principal son las instituciones públicas, que tienen la normativa y el poder para hacerla cumplir y para arbitrar y asegurar el cumplimiento de medidas que hagan compatible la actividad del sector con la vida de las personas residentes», señalaron en un comunicado.

A principios de semana el alcalde de Palma, José Hila, se comprometió a convocar para los próximos días la mesa para la pacificación de barrios, una mesa a la que no se ha invitado a los restauradores de la barriada, según señaló ayer Alfonso Romero, que añadió que aun así estarían presentes. «No nos han invitado, pero nos invitaremos nosotros», dijo.

Sobre ello, Barri Cívic hizo alusión al nombre de la reunión, «pacificación y armonización, que no es un lenguaje de confrontación», y les propuso cumplir la normativa y sumarse a la campaña SILENCIO-RESPETO-CIVISMO, «cumpliendo e impulsando el cumplimiento por parte de sus clientes».