La última jugada de Sonia Vivas consistente en autorizar la celebración de la Palma Pride Week minutos antes de ser destituida por el alcalde como concejala de Justicia Social, Feminismo y LGTBI obtuvo una respuesta inmediata. En una junta de gobierno extraordinaria celebrada a última hora de la mañana de ayer, se acordó la revocación de la autorización y dejar sin efecto la declaración de la actividad de interés público municipal.

De esta forma, la semana del Orgullo LGTBI organizada por la empresa de Kristin Hansen y que debía comenzar hoy en sa Feixina, carece de autorización municipal para su celebración. También se procedió a dejar sin efecto la declaración de interés público municipal al constatar el «desvío» de las circunstancias que la motivaron.

En concreto, la decisión tomada por este órgano de gobierno municipal presidido por el alcalde y que cuenta con representación de todos los grupos municipales que conforman el gobierno se ha adoptado atendiendo a cuatro argumentos. 

En primer lugar, por haberse constatado «un incremento no deseado de la mercantilización» de las actividades programadas, «más allá de las correspondientes a un normal funcionamiento de un acontecimiento en la vía pública». En segundo lugar, el acuerdo de revocación de la licencia también ha tenido en cuenta «la constatación de manifestaciones públicas de entidades representativas del colectivo LGTBI» que han manifestado su malestar en relación a la «desvirtuación» de las finalidades y objetivos que promueve el colectivo, «base de la declaración del interés público municipal».

Asimismo, y como tercer argumento de la anulación de la licencia, se señala que la Federació d’Entitats Locals de les Illes Balears (FELIB) «ha expresado su malestar» por determinadas manifestaciones de representantes de la entidad organizadora en relación a la proyección del evento en el conjunto de la isla. 

Por último, el equipo de gobierno de Cort también incluye entre los motivos de la desautorización «la constatación de las quejas de los vecinos de la barriada de Santa Catalina, exponiendo al Ayuntamiento su malestar con este evento». Tal como adelantó ayer este periódico, Sonia Vivas, cuando ya sabía que sería destituida de su cargo por el alcalde José Hila por habérselo así comunicado su partido, firmó la autorización de la Pride Week. 

Para ello, tuvo que reclamar al concejal Rodrigo Romero que le «devolviera» la firma por encontrarse Vivas hasta el jueves fuera de Palma.

El alcalde desconocía que la concejala hubiera autorizado este evento cuando en la comparecencia ante los medios de comunicación anunció, además de la destitución de Vivas, la suspensión de la semana del Orgullo, argumentando que aún no se había firmado el permiso.

Desde el equipo de gobierno se considera que la concejala actuó de mala fe al firmar la autorización minutos antes de que fuera destituida de su cargo y cuando ya tenía conocimiento de esta circunstancia.