El Ayuntamiento de Palma prohibirá la apertura de nuevas salas de juego y apuestas a menos de 500 metros de equipamientos educativos y sanitarios —tanto públicos como privados—, zonas verdes, servicios asistenciales, socioculturales y deportivos. De este modo, estos negocios lo tendrán más difícil para realizar nuevas aperturas en el municipio.

Esta limitación está contemplada en el nuevo Plan General que entró en vigor a finales del año pasado, por lo que ya es de obligado cumplimiento, ha advertido la regidora de Model de Ciudad y Vivienda Digna de Cort, Neus Truyol. 

Asimismo, ha recordado que en estos establecimientos, incluyendo bingos, casinos y salas de apuestas, rigen las mismas restricciones que en el caso de los bares y restaurantes. De este modo, no podrá haber más de tres de estos negocios en cien metros de calle —o un radio de 50 metros—. Tampoco se autorizarán fachadas de más de 30 metros en este mismo radio, ni la apertura de locales contiguos. 

«Nos alarma»

«Estos establecimientos tienen consecuencias perjudiciales para la salud pública, la sociedad y la economía. Por eso es necesario tomar medidas que limiten su proliferación. Además son locales que pueden ser frecuentados por niños y jóvenes, y eso nos alarma todavía más», ha manifestado Truyol.

La apertura de nuevas salas de juego ya era una misión casi imposible en Balears después de las sucesivas moratorias decretadas por el Govern en los últimos años. Asimismo, a finales del pasado mes de abril la conselleria de Transición Energética y Sectores Productivos anunció una modificación de la Ley del juego balear para establecer una moratoria sobre nuevas licencias hasta que el ratio actual de 140 salones de juego por millón de habitantes pase a 75, cifra que marca la media española. La conselleria no prevé un plazo para alcanzar esa meta, aunque lo estima en «muchos años».

El Ejecutivo balear también establece la prohibición de aperturas a menos de 500 metros de centros educativos. Sin embargo, en este sentido la normativa de Cort es más restrictiva porque también limita estos negocios cerca de centros sanitarios y otros equipamientos públicos y privados.