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Del esplendor de las discotecas Luna y Pachá a basurero del Paseo Marítimo de Palma

Tras cinco años de abandono, el local que acogió a las dos famosas discotecas de Palma languidece lleno de escombros, basura y grafitis bajo el talud de un Bien de Interés Cultural, los Jardins de Natzaret

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La degradación del local del Paseo Marítimo que ocuparon las discotecas Luna, Abraxas y Pachá Miguel Vicens

Ya no hace falta tener tarjeta VIP para subir por la escalinata de la discoteca Luna, cruzar el arco de piedra de la entrada y dejarse ver por su terraza, donde por sus altavoces sonaban los grupos que escribieron la banda sonora de La Movida, los éxitos que llegaban de Inglaterra y Estados Unidos a cuentagotas y se reunía la juventud de la ciudad en sus luminosas galas de tarde. Los focos de Abraxas y después las de Pachá se fundieron también hace tiempo y este verano tampoco habrá fiesta Flower Power.

El local que acogió tres de las más famosas discotecas que encendieron las noches de Palma en el Passeig Marítim desde mediados de los ochenta, es hoy una auténtica ruina, cinco años después de su última fiesta, un edificio abandonado lleno de grafitis en la fachada, las terraza y las antiguas barras que todavía se mantienen en pie, sobre un suelo de escombros, basura y hojarasca.

Jóvenes haciendo cola en la antigua discoteca Luna Diario de Mallorca

Tan abandonado está el local que un sin techo ha encontrado refugio en lo que fue la pequeña entrada lateral que fue de Lunita. Y allí ha pasado todo el invierno, entre cartones, un viejo colchón, unas mantas, un hatillo de efectos personales y las visitas periódicas del personal de la Cruz Roja.

Fiesta Flower Power en Pachá Diario de Mallorca

Sin embargo, la entrada de la la vieja discoteca, por la que los jóvenes de los ochenta accedían a Luna, es la misma de una de las pequeñas joyas de la ciudad de Palma, los Jardins de Naztaret, declarados Bien de Interés Cultural en 2004 , «la mejor panorámica de la bahía de Palma», como la definió el archiduque Luis Salvador de Austria. Representan el único ejemplo de jardín del siglo XIX que se conserva en Palma y la finca en la que están ubicados, s’Hort de El Terreno, está fechada en el año 1784. La construcción de la zona verde se realizó entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. La finca y el terreno pertenecieron al del Cardenal Despuig, que la compró en 1805.

Los Jardins de Natzaret se pueden visitar en horario matinal desde septiembre del año pasado, pero su recorrido serpenteante entre bancales y todavía hermosas vistas queda disminuido por la ruina que soporta a sus pies.

Con el cierre definitivo de la discoteca, la Fundació Natzaret, propietaria de los terrenos, hizo pública su intención de construir dos edificios con un total de 30 viviendas en los dos solares que posee en la zona, incluido el de la discoteca. Pero el proyecto aún no ha fructificado. 

El Passeig Marítim vive un momento de transformación y cambio de uso en los antiguos locales que fueron bandera del ocio nocturno. La discoteca Tito’s va a convertirse en un bloque de viviendas de lujo tras ser adquirida el pasado mes de mayo por la familia Fluxà. Y la plaza Gomila y sus calles adyacentes se encuentran en pleno cambio, impulsado por las familias que lideran el negocio turístico en Mallorca. El local de Pachá, en cambio, aguarda todavía su oportunidad.

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