Una marea rosa formada por alrededor de 3.000 personas inundó ayer las calles del centro de Ciutat en la primera cita de la Cursa Popular Palmadona después de la pandemia, una iniciativa en el marco del 8M con el objetivo de homenajear y visibilizar el importante papel que desempeña la mujer en el deporte.
La quinta edición del evento llegó así a cifras prepandemia y ofreció, además, un especial acontecimiento entre los más pequeños. Por primera vez, se llevó a cabo una carrera infantil, una prueba no competitiva —sin vencedores ni vencidos— que congregó a 500 jóvenes de cero a doce años de edad.
Este preámbulo de la carrera popular comenzó a las 9:30h, con un animado calentamiento en la Plaza de España cargo de la Escola Municipal d’Atletisme. Después de varios estiramientos, saltos y ejercicios de piernas, a las 10.00h, se dio el pistoletazo de salida.
En pocos minutos, las calles se empezaron a cubrir de color fucsia, a medida que los niños avanzaban. Muchos padres trataron de seguir a sus hijos y animarles desde las vallas. Otros, en cambio, seguían el certamen desde dentro, ya que los más pequeños, hasta los cinco años, tenían que correr acompañados.
Los jóvenes cubrieron distancias desde los 200 metros hasta los 800, en función de su edad. Al llegar, igual que los adultos, todos obtuvieron agua, fruta y una medalla para premiar su esfuerzo. Cientos de familias recibieron al final del circuito a los participantes entre felicitaciones y aplausos.
Más tarde, llegó el turno de los mayores. A las 11.30h, se presentó a las embajadoras de la Cursa; la atleta con discapacidad visual y presidenta del Consejo Territorial de la ONCE, Mari Carmen Soler, y la entrenadora personal de mujeres e influencer Maria Rossich, con más de 112.000 seguidores en Instagram. Ambas lanzaron un mensaje para poner en valor el papel de la mujer en el mundo del deporte y la actividad física.
En un momento, la Plaza de España se convirtió en un gigantesco pabellón al aire libre. Había participantes de todas las edades. Adolescentes, padres y abuelos se sumaron a imitar los ejercicios que, desde el escenario, la enérgica Rossich iba realizando para calentar antes de la gran carrera popular. Después de unos veinte minutos, llegó el momento.
La atleta Mari Carmen Soler cortó la cinta de inauguración y el alcalde de Palma, José Hila, dio el ‘sus’ en el punto de partida, ubicado en el arco de la plaza en dirección hacia la calle Oms. No fue hasta entonces cuando 2.500 participantes, en su mayoría mujeres, empezaron a correr, desafiando al frío y al mal tiempo, y con la igualdad como meta final.
María Pons y Verónica Roca fueron juntas a la carrera. La primera animó a la segunda, según explicaron, así que decidieron realizar el circuito más largo, de seis kilómetros. Aunque, en realidad, se lo tomaron con calma: «No hemos venido a competir, y de hecho hemos ido caminando. Nos ha gustado mucho, teníamos ganas de hacer ejercicio al aire libre», manifestaron al terminar, mientras posaban para hacerse un selfi con sus medallas. «Además, nos sirve para hablar y ponernos al día, que hacía mucho que no nos veíamos», rieron ambas, con la alegría del triunfo en sus rostros.
Un triunfo que compartieron todas las mujeres, y en el que participaron incluso atletas con discapacidad. Varias personas en silla de ruedas salieron en la cabecera del trayecto, gracias a un itinerario accesible e inclusivo.
Mari Carmen Soler, que protagonizó el inicio del evento y representó a los participantes con diversidad funcional, celebró haber podido crear un «ambiente deportivo» en la carrera multitudinaria «después de una mala época».
Además, elogió a los participantes por haber sido capaces de «olvidarse del mal tiempo y disfrutar». También agradeció a Cort que «tenga en cuenta a las mujeres, y sobre todo, a las que tienen discapacidad, que sufren una doble discriminación».
El Institut Municipal d’Esports (IME) lleva años incrementando el número de mujeres entre sus abonados. Mientras que en 2016 representaban el 47%, en 2018 eran el 49% y este año han llegado a ser el 52% de las personas suscritas a estos servicios; muestra de que la participación femenina aumenta en el mundo del deporte y la actividad física.
En esta línea, el IME ya tiene en marcha su siguiente actividad para conmemorar el 8M, una exposición en el polideportivo Germans Escales diseñada por el historiador Jorge García García para recuperar la memoria de todas aquellas que dejaron de ser figuras pasivas, consiguiendo que la mujer deportista se convirtiera en un signo de cambio durante el siglo XX.
