«Los nuevos negocios que se han puesto en marcha en el mercado no sustituyen a puestos tradicionales, más bien se trata de reaperturas de tiendas que ya se dedicaban a actividades complementarias y que por diversos motivos cerraron», explica el gerente del Mercat de l’Olivar, Joan Carles Moll. 

La apertura de un nuevo local en estas instalaciones comerciales se decide en el consejo de administración del propio mercado, formado por los placeros. «En la parte del pescado ya no se van a dar más cambios de actividad a la restauración», asegura.

Moll es consciente de que cada vez es más difícil encontrar relevos en los puestos de verduras, carne y pescado, «por profesionalidad en los dos últimos casos y porque es muy fácil montar fuera del mercado una frutería».