Los 55 policías de barrio han participado en controles de patinetes eléctricos y bicicletas, en el de músicos callejeros, en los dispositivos antibotellón así como en inspecciones de locales desde que se reactivara este servicio meses atrás.

El ayuntamiento de Palma destacó ayer que la reactivación de la Policía de Barrio «sigue avanzando», después de que en febrero de este año se liberaran los 55 efectivos de las Unidades Interlocutoras de Barrio y, posteriormente, se crearan las mesas de seguridad y convivencia, en mayo.

Cort señaló ayer su compromiso de continuar «hacia un modelo de proximidad, acercándose y abriéndose de esta manera a la ciudadanía, al vecindario y adaptándose a sus demandas».

La regidora de Seguridad Ciudadana de Palma, Joana Adrover, explicó que estas mesas tienen un carácter periódico y se celebran por distrito. «En ellas se reúnen los responsables políticos y policiales de la Policía de Barrio y los representantes vecinales de cada uno de los distritos de Palma para poner en común las necesidades del barrio y establecer un calendario de actuaciones».

El área de Seguridad Ciudadana detalló ayer algunas de las actuaciones realizadas. Así, en el Distrito Poniente se ha reforzado la vigilancia en la playa de Cala Major y se han potenciado las inspecciones en locales de Santa Catalina, donde se está llevando también a cabo un seguimiento de los conductores que aparcan de manera irregular.

Otra de las preocupaciones de los vecinos atendida por los agentes de barrio ha sido, en las casas de Son Peretó, el inicio de un procedimiento para la recuperación del dominio que está okupado. El okupa ha sido denunciado por tener un animal potencialmente peligroso sin licencia y también se le ha levantado un acta por negarse a abandonar el inmueble. Asimismo, se han realizado controles de velocidad en el camino de Son Rapinya.