El salón de plenos de Cort fue escenario ayer tarde de un acto de homenaje a Gabriel Alomar i Villalonga (Palma, 7 de octubre de 1873, el Cairo, 7 de agosto de 1941) coincidiendo con el 80 aniversario de su fallecimiento. En el acto de conmemoración del también hijo ilustre de la ciudad participaron el alcalde de Palma, José Hila; el teniente de alcalde de Cultura y Bienestar Social, Antoni Noguera; el vicepresidente de la Fundació Gabriel Alomar, Cosme Bonet; la representante de la Fundació Ateneu Pere Mascaró, Lila Thomàs; y el catedrático de Filología Catalana i Lingüística General, Pere Rosselló, quienes destacaron las distintas facetas de Alomar a lo largo de su vida como político, ensayista, poeta y profesor, defendiendo siempre postulados regeneracionistas y de transformación social. El alcalde, José Hila, destacó «la vigencia intelectual de muchos de los principios que defendió» como «la idea de futuro, de transformación del mundo enfrente del pasado y del inmovilismo de su época». La primera autoridad municipal también destacó la concepción de Alomar de la ciudad «como agente de civilización, en oposición al tradicionalismo que siempre rechazó».
La defensa de la modernidad y de la Mallorca leal a su identidad
Por su parte, el teniente de alcalde de Cultura y Bienestar Social, Antoni Noguera, también reivindicó el aspecto de la modernidad del homenajeado, además de la defensa de «la Mallorca leal a su identidad nacional y que en aquel momento se alimentaba de los valores ideológicos de la modernidad, muy relacionada también en la construcción del futuro y no en la conservación del pasado». Alomar ejerció de ensayista, profesor, poeta y periodista antes de dedicarse a la política. Murió en Egipto en 1941, país al que fue destinado como encargado de negocios de la embajada de la Segunda República Española en el Cairo.
