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Memoria Histórica / La polémica del cambio de nombre de algunas calles de Palma
Bartomeu Garí, Manel Suárez y Marçal Isern Los autores del informe sobre elementos y símbolos franquistas en el que se apoyó el polémico cambio de nombre de doce calles de Palma.

«Hila no sabe qué ha firmado. No se ha equivocado por culpa de unos expertos, sino por no haberse leído el informe»

«En nuestro estudio hablamos de nombres seguros y posibles» u «En todas las versiones Joan Carles I estaba en el apartado de seguros, por ser heredero de Franco, pero los políticos lo eliminaban»

Marçal Isern.

Han pasado casi dos meses desde que un mensaje en Twitter del escritor Arturo Pérez-Reverte creara una densa polvareda mediática sobre la conveniencia del cambio de nombre en algunas calles de Palma en base a un informe técnico sobre monumentos y símbolos franquistas elaborado por Bartomeu Garí, Marçal Isern y Manel Suárez por encargo del Govern. Los tres autores del estudio decidieron en su momento callar porque aseguran que el enorme revuelo levantado impedía un debate sereno para poder explicarse. Ahora, Garí, Isern y Suárez acceden a esta entrevista para dar sus razones, rebatir algunas acusaciones y reconocer que, como en todos los trabajos, existen cosas mejorables o que se tendrían que haber rectificado si se hubiera podido hacer una revisión.

Nadie ha elogiado su informe y, en cambio, se ha hablado de imprecisiones, incultura, ridículo o falta de rigor, por lo tanto ya han sido condenados. No sé si quieren mostrar arrepentimiento y reconocer errores para ‘rebajar su pena’…

Bartomeu Garí: No sé si somos culpables o inocentes, cosa que me preocupa bastante poco. Lo que sé es que soy historiador, licenciado en historia en la UIB, y tengo dos compañeros investigadores, Manel Suárez y Marçal Isern, y que debido a nuestra larga trayectoria de hace muchos años dedicada a la investigación de la II República, los años de la Guerra Civil, la represión, las cárceles, la simbología, y además somos cofundadores de la asociación Memòria de Mallorca, pues debido a todo esto la conselleria de Cultura nos encargó un trabajo muy extenso con un tiempo de realización muy corto. Avisamos que sería complicado completarlo todo, pero también es verdad que en investigación histórica nunca está todo completo. Hicimos este trabajo en este tiempo porque ya llevábamos muchos años con estos temas, entregamos los informes cumpliendo los plazos, y después algunos ayuntamientos han cogido este estudio de simbología para cambiar algunos nombres de calles, pero ya no se nos ha avisado ni llamado en ningún momento. Lo que ha pasado es que tenemos unos políticos llamados ‘de izquierda’ muy miedosos, y nos cargaron las culpas de todo a nosotros.

Manel Suárez

Manel Suárez

Manel Suárez: No hay nada que cohesione tanto un grupo como un enemigo común, y al ayuntamiento de Palma le ha ido muy bien cargar todos los fallos en un enemigo común que hemos sido nosotros tres, y me ha asombrado la poca consistencia de algunas personas que deberían ser referencia y que, sin haberse leído el informe, se han atrevido a opinar en contra de este estudio. Y hablo de nombres concretos, como Arturo Pérez-Reverte, Ramón Aguiló o José Hila. Yo he sido representante municipal muchos años, y quien decide qué nombres de calles se cambian es el Ayuntamiento, no la persona que hace el informe. Si a la institución no le gusta lo que dice el estudio tienen toda la libertad del mundo para encargar un segundo informe. Pero, sobre todo, cuando una institución seria toma una decisión se entiende que la han estudiado previamente y que no lo aprueban a tontas y a locas. Otra parte son los opinadores profesionales, que deben ser respetuosos consigo mismos y con la gente que los lee. Además, este informe de Palma recogía 60 nombres de calles que para nosotros tienen alguna connotación franquista en mayor o menor medida, pero no se dice: cambiad estas calles. Me pregunto, ¿por qué el ayuntamiento de Palma eligió estos nombres y no a los otros cincuenta? No han explicado nada, les ha venido muy bien cargar el muerto a otras personas. Y también quiero añadir lo que está escrito en el informe: hemos tenido un tiempo limitado para hacer el estudio, conviene revisar y completar el contenido. Si Hila no sabe qué ha firmado, que lo explique. No se ha equivocado por culpa de unos expertos, se ha equivocado por no haberse leído el informe.

Bartomeu Garí

Bartomeu Garí

Marçal Isern: Es que además de no leerse el documento no se ha tenido en cuenta el proceso de los informes. Nosotros entregamos los censos de todos los pueblos a la Conselleria, esto pasó a la comisión técnica de Memoria Democrática, y en este momento ya desaparecieron algunos nombres, como Llorenç Villalonga, Joan Estelrich o Llorenç Riber, que les eran incómodos. En el caso de Palma, el informe pasó antes por la comisión de toponimia y quedaron diecisiete nombres de los sesenta que se incluían en el informe inicial. De estos diecisiete se presentaron alegaciones y la comisión aceptó no incluir cuatro nombres, entre ellos Bisbe Miralles y Gafim, quedando en trece cambios. Sorprende que toda la polémica haya venido por el tema de los almirantes y no, por ejemplo, por la retirada del Bisbe Planas, que ni el Bisbat ha dicho nada. Lo que ha pasado es que se han centrado en algunos fallos del informe y se tiraron a la yugular. Nos bombardearon a nivel mediático y político y fue imposible explicar nada, nos quisieron linchar y quedamos muy solos.

¿Cuándo les encarga la Conselleria los informes y cuándo se entregaron?

M.S.: Sabíamos que el tiempo era insuficiente, pero aceptamos el encargo, que quede claro. Sabíamos que se debía revisar y completar, pero el informe presentado fue un trabajo muy importante. Lo empezamos en octubre de 2018 y lo entregamos en mayo de 2019.

M.I.: En Barcelona estuvieron un año y medio para hacer el censo de simbología menor, y nosotros en seis meses hicimos simbología mayor, menor y toponimia de todos los municipios de Balears. Y nos desacreditan en base a cuatro errores.

Se ha puesto en duda su preparación académica para hacer estos informes.

B.G.: Llevamos más de veinte años de recorrido. Marçal investigando la simbología franquista y monumentos, Manel con los centros penitenciarios o campos de trabajo, y en mi caso, he estudiado la represión en Porreres y en toda Mallorca. El censo de víctimas incluye más de 2.000 personas, hay más de 8.000 registros de cárceles, más de 350 asociaciones perseguidas, y además el censo de simbología por municipios. Yo creo que el trabajo realizado ha sido impresionante. Ahora bien, si a los políticos no les gusta el resultado, que encarguen otro informe para revisar y completar. Yo soy historiador y elegí a Marçal en mi equipo porque es la persona más preparada en cuestiones de simbología franquista en Balears. Y elegí a Manel porque es un referente en el estudio de los centros penitenciarios. Por lo tanto, creo que la Conselleria no se equivocó cuando confió en nosotros. 

Pero vamos al motivo principal de la polémica, los almirantes y si la denominación de las calles se debe a que eran barcos franquistas como pone su informe.

M.I.: Nuestro trabajo era vincular o no la nomenclatura con la dictadura franquista. El fallo, y lo asumimos, es decir que fueron barcos franquistas y es verdad que en la guerra fueron de la armada republicana. Un error atribuible al gran volumen que manejábamos. Está claro que la intención no era honrar a la persona de un almirante, lo que pretendían era honrar al propio régimen franquista, que se apropió de ellas para crear un mito de guerra. Mi ingenuidad en este caso fue pensar que bastaba poner la referencia a los navíos porque era evidente su vinculación con el régimen. Para realizar el trabajo cogí el libro de Gabriel Bibiloni Els carrers de Palma y lo repasé de arriba a abajo, porque yo mandé una notificación oficial al ayuntamiento de Palma pidiendo una lista actualizada de todas las calles y ni me contestaron. Al final tuve que ir al Instituto Nacional de Estadística para conseguir el listado. 

En Barcelona cambiaron Almirante Cervera por Pepe Rubianes y la alcaldesa Ada Colau dijo que «era un facha» y su teniente de alcalde lo razonó explicando que fue un represor del movimiento cantonalista de Cádiz en la I República, del colonialismo en Cuba y Filipinas, además de un dudoso estratega en sus batallas navales fracasadas.

M.S.: Es que yo defiendo que no somos culpables de nada, porque nuestro censo en la introducción ya deja claro que el franquismo intentó apoderarse de los símbolos del imperio en beneficio propio, y aquí entran Cervera, Churruca, Cervantes, Lope de Vega y quien fuera necesario, para legitimar que el franquismo era heredero de todo aquello. No decimos que eran barcos franquistas, explicamos cómo el régimen se apodera de estos nombres y que, después, el ayuntamiento de Palma contribuye haciéndose suyos estos nombres. Nadie ha dicho que el almirante Churruca fuera franquista, no somos ignorantes. No es un error, todo está muy explicado si se leen todos los informes.

Se os ha acusado de confundir la batalla de Lepanto con la de Trafalgar, o de ignorar que Churruca y Gravina no fueron almirantes.

M.S.: ¡Como si fueran cabos primero!, quien puso el nombre fue el ayuntamiento franquista de Palma.

M.I.: Lo de Trafalgar y Lepanto no sale nada en nuestro informe, pero se confunden con una errata del libro de Gabriel Bibiloni, que curiosamente está indicado en el apartado fe de erratas de su obra. Pero todo valía para ir en nuestra contra.

Curiosa la polémica con los almirantes Cervera o Churruca, dos personajes destacados en la novela ‘Raza’ escrita por Franco y cuya película se estrenó en 1942, el año que se pusieron estos nombres a calles de Palma.

B.G.: Lo que pasa es que con el tema de los nombres de calle hemos tocado el verdadero nervio del franquismo en nuestra tierra, la simbología, y aquí nos topamos con muchos elementos que siguen apoyando el fascismo. Este es el problema real, que hemos sacado a la luz los nombres que el franquismo se apropió y, claro, solo por eso hay gente que sigue defendiéndolos.

M.I.: En nuestro informe hablamos de los nombres seguros y de los posibles. En todas la versiones Joan Carles I estaba en el apartado de seguros, por ser heredero de Franco, pero los políticos nunca quisieron que estuviera y lo eliminaban. Mira por dónde, ahora le investigan y la gente habla de ladrón, de fugado… En una reunión de la comisión de toponimia de Palma, el presidente, que era Antoni Noguera, quitó del orden del día votar si se quitaba la plaza Joan Carles I.

¿No les sorprendió que en toda la polémica ninguna voz se alzara para defender a Joan March, que parecía intocable? ¿O se ha defendido a los almirantes en memoria de March?

M.I.: Claro, yo creo que no se atrevían a salir a defender a Joan March, pero actuaron por detrás utilizando la historia de los almirantes.

M.S.: No lo había pensado, pero es verdad que me sorprendió mucho el silencio alrededor de March. Es evidente que no se puede justificar la figura de Joan March de ninguna manera, pero los March son omnipresentes y siguen teniendo un poder bestial. 

Algunos nombres que estaban en su informe inicial y se ‘salvaron’: Josep Pla. ¿Debe pesar más su calidad literaria o que fue un espía?

M.S.: Es que decidir eso es el trabajo de los políticos, no nuestro.

M.I.: Pla, como Joan Estelrich, espiaba los movimientos de mercancías y señalaban objetivos que luego los italianos bombardeaban.

Llorenç Villalonga o Salvador Galmés están incluidos como inspiradores.

M.S.: De Villalonga tengo muy claro su papel con el franquismo, en el caso de Salvador Galmés es más discutible.

De Josep Sureda i Blanes se habla que participó en un seminario organizado por la prefectura del Movimiento.

M.I.: Nosotros señalamos los vínculos, la valoración de si merece una calle la tienen que hacer otros.

Salen alcaldes de Palma de época franquista, como Joan Massanet, Guillem Cirerol o Lluís Alemany.

M.I.: Eran cargos designados por una dictadura criminal, en este caso no hablamos de colaboradores puntuales. No son cargos insustanciales.

Eduardo Urgorri, que da nombre a una calle de Sa Indioteria, fue ‘salvado’ por el Ayuntamiento y en el informe solo se cita que fue un falangista gallego y procurador en Cortes.

M.I.: Yo me quedé muy sorprendido por esto. 

Se quita la calle Joan March y se deja la de su mujer, Elionor Servera.

M.I.: No tiene ningún sentido porque le pusieron el nombre por ser esposa de March. Todas las calles de Mallorca a Elionor Servera eran para agradar a March.

Se ha cambiado el nombre a la calle José de Oleza y de España como arquitecto y político, pero se ha dicho que es una referencia errónea.

M.I.: Es verdad, es una confusión total. Un error completo que tengo que asumir. Se tiene que rehacer su referencia porque está equivocada.

José Tous i Ferrer estaba en su informe y se ‘salvó’.

M.I.: Es que era el responsable de la suscripción del monumento del Baleares, está muy clara su vinculación. Lo que pasa es que los gobernantes querían un censo políticamente correcto y eso no puede ser. Es evidente que la nomenclatura y la simbología es un tema polémico, pero si encargas un censo serio se tiene que asumir que no sea políticamente correcto.

¿Han recibido apoyo de la asociación Memòria de Mallorca o de responsables políticos del Govern?

M.I.: Memòria de Mallorca evidentemente no nos ha dado ningún apoyo porque nuestra relación, a pesar de ser fundadores de la entidad, es catastrófica. De hecho, se sumaron a la polémica contra nosotros. Se cuidaron mucho de dejar claro en IB3 que ellos nunca habían pedido quitar los almirantes y que solo pedían que se quitara Joan March. Sí recibí el apoyo de la anterior consellera, Fanny Tur.

M.S.: Tan solo recibí llamadas de apoyo de Fanny Tur, Manel Santana, Rafel Sédano y Cosme Bonet. Nadie más.

B.G.: Creo que la Conselleria actual tendría que haber salido a defendernos, porque a mí solo me dieron apoyo Joan Mas ‘Collet’, y también Rafel Sedano y Cosme Bonet.

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