La Plataforma Balear per a la Defensa dels Animals (Baldea) ha solicitado a la concejalía de Salud del ayuntamiento de Palma que deje de multar a las personas que alimentan a las palomas y las convierta en colaboradores para el control de la población de estas aves.

Esta asociación, ante la información publicada por este periódico el pasado día 9 de abril, en la que se ponía de manifiesto la detección por parte de Salud de un total de 23 puntos fijos de alimentadores de palomas y que la Policía Local ya había multado a tres personas que se dedican de forma sistemática a esta actividad, ha registrado una petición en Cort.

En ella, se solicita que con los alimentadores de palomas «se haga un programa parecido al de las colonias felinas y que se integre a dichas personas en la gestión y control de estas aves en lugar de multarlas».

Según esta asociación, una medida adecuada sería proporcionarles el pienso anticonceptivo que ahora se suministra por parte de nueve dispensadores automáticos distribuidos en otros tantos puntos de la ciudad.

Consideran que «las personas con sensibilidad y empatía hacia los animales no dejarán a las palomas sin alimento, por lo cual es mucho más efectivo tenerlos como colaboradores».

Además, desde Baldea plantean que «podrán informar a los responsables municipales si hay algún animal enfermo o se produce cualquier incidencia».

Los responsables de esta asociación recuerdan que las palomas «forman parte de las ciudades y deben ser gestionadas de forma ética, con un control de natalidad y proporcionándoles una alimentación adecuada y suficiente».

Desde la asociación proteccionista apuestan por una gestión "ética" de la población y el control de estas aves

La campaña para la detección de las personas que dan de comer de forma indiscriminada a las palomas urbanas ha sido iniciada por la concejalía de Salud como una actuación complementaria a la distribución de pienso esterilizante en nueve puntos de la ciudad. Durante meses los dispensadores, instalados en terrazas de edificios públicos con cierta dificultad de acceso, han distribuido granos de maíz sin estar impregnados de nicarbazina, la sustancia que impide que los huevos se desarrollen correctamente y, de esta forma, se controla la población de estas aves. Para que lo anterior sea efectivo las aves deben acostumbrarse a tomar el alimento de los dispensadores, de ahí que la proliferación de alimentadores incontrolados hace que el sistema pierda efectividad.

Desde el pasado mes de marzo, cuando se inició la época de cría de las palomas, ya se suministran granos de maíz con el inhibidor de la reproducción. Desde la concejalía de Salud se afirma que es poco probable que estos granos sean ingeridos por aves más pequeñas que las palomas dado su tamaño.

Dar de comer a las palomas es una actuación prohibida en la ordenanza municipal desde 2004, que solo permite esta actividad en la plaza de España. Está considerada como una falta leve y se puede poner una sanción de hasta 300 euros.