Otro grupo de expertos revisará los nombres de las calles consideradas franquistas en Palma. Así lo decidió ayer la Comisión Técnica de Memoria y Reconocimiento Democráticos a petición de Cort tras la polémica por el cambio del nomenclátor y que llevó al alcalde de la ciudad a paralizar el proceso.

Este grupo de trabajo formado por expertos y técnicos, que aún están por designar, se dedicará específicamente a revisar el censo de calles franquistas de Palma con especial atención a los cambios de nombre que suscitaron dudas y que afectan a los almirantes Churruca, Gravina y Cervera; a localidades como Toledo y Brunete, incluidas en el censo por referirse a batallas de la Guerra Civil; y a Gabriel Rabassa, para el que el ayuntamiento de Palma pide tener en cuenta su trayectoria en defensa del patrimonio.

En la reunión de ayer no se habló de fechas ni de personas que puedan formar parte del nuevo grupo de trabajo, aunque desde el Govern se invitó al Ayuntamiento para que proponga también a algunos expertos. «Se tiene que intentar que estas personas trabajen tranquilas y puedan revisar toda la información, que será bastante, con toda la tranquilidad del mundo, y que puedan preparar una propuesta adecuada», declaró Jesús Jurado, secretario autonómico de Memoria Democrática.

Además de Jurado y de expertos en la materia, en la reunión de la Comisión Técnica de Memoria y Reconocimiento Democráticos también participaron el vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes; el director general de Memoria Democrática, Marc Herrera; el alcalde de Palma, José Hila, y el regidor de Educación, Llorenç Carrió

Jurado aseguró que se tendrá en cuenta la documentación aportada por el Ayuntamiento y que el grupo de trabajo específico para Palma preparará una propuesta que se trasladará a la Comisión Técnica, que será la que apruebe o no ese nuevo documento. Jurado enmarcó en la «normalidad» la revisión del censo y no descartó que otros ayuntamientos soliciten comprobar los suyos. 

Tras dar a conocer el acuerdo de revisión, Jurado defendió a los historiadores e investigadores que se dedican a la memoria democrática. «Su labor es impagable, es una labor sin la cual no se entiende la evolución de la memoria democrática y el reconocimiento a las víctimas de la barbarie franquista», añadió.

El ayuntamiento de Palma esperará esa propuesta del nuevo grupo de trabajo para decidir si mantiene o no los cambios de nombres de calles, suspendidos hace semanas tras la polémica. Hila recordó que Cort está obligado por ley a eliminar los elementos franquistas y que ante las dudas se pidió la revisión del censo. 

El alcalde de Palma incidió en que se revisen las calles dedicadas a los almirantes, para determinar si los barcos a los que dieron nombre pueden ser considerados franquistas o no, y también pidió que se tuviera en cuenta que las calles dedicadas a Toledo o Brunete, pese a referirse a batallas de la Guerra Civil, «muy simbólicas para el franquismo, pero que hoy son poblaciones plenamente democráticas y en la calle no pone batalla». También el caso de Gabriel Rabassa se revisará. «Fue puesto en 2009 por un Ayuntamiento democrático y no hace referencia en nada a una exaltación franquista, sino a una parte de su vida en que defendía el patrimonio de Mallorca», sostuvo Hila.