Ayer se inició la excavación de un nuevo tramo del colector-interceptor que recogerá las aguas residuales y pluviales para conducirlas al nuevo depósito de laminación que se está construyendo junto a la depuradora del Coll d'en Rabassa y evitar así su vertido al mar cuando llueve.

Según informó Emaya, el pasado viernes se introdujo la tuneladora en el pozo y esta mañana ha comenzado la excavación de este nuevo tramo, que es el más corto de todos los previstos, ya que sol tiene 155 metros y enlaza el pozo situado junto a la depuradora con la última estación de bombeo.

La tuneladora que se utiliza pesa 45 toneladas, mite 7,4 metros de largo y tiene un diámetro exterior de 2,4 metros. Con ella se excava el terreno con una corona giratoria y trabaja a una profundidad media de ocho metros, siendo manejada desde una cabina de control.

El avance se hace de forma progresiva, de tal forma que cuando se finaliza el recorrido de la máquina se recoge el bastidor y se recoloca. Esta operación se repite tantas veces hasta que se ha perforado la totalidad de la longitud de cada tramo. Cuando se llega al siguiente pozo se extrae la máquina con el fin de resituarla en el siguiente.

El pasado mes de diciembre la tuneladora se extrajo del pozo situado en la avenida Gabriel Alomar i Villalonga, después de casi 4 meses de excavación para completar el primer tramo del tunen, de 716 metros, entre al calle Caracas y la Avenida. La maquinaria se trasladó al nuevo punto situado al final de la infraestructura y el pasado viernes se introdujo en el pozo par comenzar la nueva excavación.

El pasado viernes la tuneladora se introdujo en el último pozo para reanudar la excavación.

Para completar los cinco tramos de la totalidad de los tres kilómetros de tubería, restan ejecutar otros tres tramos.

La construcción de este colector forma parte del proyecto que también incluye la construcción de un depósito de laminación o de tormentas. Se trata de unas infraestructuras destinadas a recoger, conducir y almacenar las aguas residuales y pluviales para posteriormente depurarlas y evitar de esta forma el vertido al mar cuando llueve. La inversión es de 22.6 millones , financiados por la conslleria de Medio Ambiente a través del canon de saneamiento y generan una media de 40 puestos de trabajo directos.

Se prevé que una que estas infraestructuras estén en funcionamiento se podrán evitar el 90% de los vertidos que ahora se producen en las playas de Can Pere Antoni i Ciutat Jardí.