Tras cumplimentar los datos personales en la página web de la Funeraria (efm.es), Pablo Sainz recibió «un código de barras de estos modernos» en su correo electrónico. Había pedido acudir a la zona 1 del cementerio, la más antigua, donde tiene enterrados a sus familiares, y allí estaba ayer a las ocho en punto en la puerta principal, un acceso delimitado con vallas para dividir la entrada y la salida y con líneas marcadas en el pavimento para mantener la distancia de seguridad. No había ningún otro visitante y, después de una breve espera, mostró a un vigilante de seguridad la pantalla de su teléfono móvil, donde se veía el código QR enviado desde la Empresa Funeraria Municipal para controlar los aforos en estos días de Tots Sants marcados por la pandemia.

Vallas, líneas en el suelo, un empleado de Emaya limpiando con lejía, gel hidroalcohólico, un dispositivo con el que verificar los QR de los visitantes y poder hacer rastreos en caso necesario..., y también flores y recogimiento para honrar a los muertos en la nueva normalidad. Cada año, la mayor preocupación con motivo de esta celebración era si haría buen tiempo o llovería, porque entre otras cosas determinaba si se producirían aglomeraciones en los cementerios, pero en 2020 todo lo domina el coronavirus y ya se sabe que no puede haber concentraciones de gente. De ahí la obligatoriedad de la cita previa desde ayer hasta mañana, Día de los Difuntos. La primera jornada tuvo una baja afluencia, quizás debido a la nueva medida.

Joana Maria, Inma y Joan no tuvieron «ningún problema» al solicitar la cita previa y les parece «bien, ya que es una manera de adaptarse a la situación actual». Lo mismo piensan los hermanos Juan y Margalida Garcias, que prefirieron reservar antes del fin de semana «para evitar que haya mucha gente». La restricción de aforo con este sistema también gustó a Rafael Esteban y Amparo Díaz, aunque ella echó en falta «un mapa un poco más claro». El más crítico de los consultados fue Gabriel, porque «el cementerio es un espacio abierto. Podemos ir al bar y aquí te limitan», lamentó.