Hay quien ha convertido el aplauso de las 20 horas en todo un acontecimiento, eso sí, dentro de los límites de su balcón o de su terraza. Es el caso de un numeroso grupo de vecinos de las paralelas calles Son Peretó y Camí de la Vileta. Comparten ese tiempo, ponen música durante unos 20 minutos e incluso han celebrado dos fiestas temáticas. Pero su diversión no es compartida por todos. Avisada por un vecino, la Policía ya ha acudido en dos ocasiones para advertirles de que rebajen su nivel de diversión. No es el único caso, la Policía Local ha recibido durante este confinamiento más de cien llamadas con quejas similares a la hora de los aplausos.

Los protagonistas de las fiestas en Son Peretó viven la amenaza de ser sancionados por molestar durante la hora del aplauso como una "injusticia", aseguran que es su único momento de "desconectar" en este confinamiento. "Aunque estemos en momento de sufrimiento con la cantidad de muertos que tiene España, sacamos fuerzas y un vecindario que apenas se miraba, se conoce y estrecha lazos para ir a una y quedarnos en casa", explica Vanesa Escobar, una de las vecinas.

Como en casi todos los barrios, en este salen a las ocho de la tarde a aplaudir y, durante unos 15 o 20 minutos, uno de los vecinos pone música, "animando a jóvenes y no tan jóvenes, a familias con niños, a gente mayor que está sola en casa...", añade Escobar. El "buen rollo" les animó a aprovechar el sábado para hacer algo diferente y alargar la diversión, con fiestas temáticas. Con esa excusa, comenta Escobar, pasan horas decorando, buscando con qué disfrazarse en sus respectivas casas.

La primera fiesta temática fue el sábado 11 de abril. "Nos vestimos todos de capirote y celebramos una procesión. Este sábado pasado decidimos tematizar una fiesta Flower Power, nos vestimos de hippies y colgamos unas flores para decorar nuestros balcones", cuenta Vanesa.

Sin embargo, en las dos ocasiones se ha personado la Policía y la última vez, según comenta Escobar, multaron al vecino que ponía la música.

Para este sábado habían pensado celebrar una Feria de Abril. "Estamos con la incertidumbre de que nos vuelvan a sancionar o algo más grave, pero todos han preparado su decoración y sus 'trajes'... ¿Y ahora qué hacemos? Los niños, los jóvenes esperan ese ratito para desconectar, ya que no pueden salir y los mayores, para no volvernos locos detrás de todo lo que hay", plantea la vecina, que lamenta la situación.

Desde el pasado 14 de marzo, la Policía Local de Palma ha recibido 114 llamadas quejándose por el ruido de vecinos entre las 20 y las 21 horas. Aunque desde este cuerpo se asegura que no se suele multar por ello, la ordenanza municipal de ruidos y vibraciones establece que las sanciones pueden alcanzar los 600 euros.