La primera vez que vimos un banco en la calle de colores fue en Gijón hace años. Me gustó la alegría que daba al parque donde nos sentamos a descansar.

Creo que Palma no es una ciudad alegre en sus colores.

Siento que vayan repintado, con un marrón, feo y poco atrayente. Les pediría un poco de imaginación a los responsables, parar tener unas calles atractivas.

Es una pena.