Este es un recuerdo a la figura de Pablo Cateura Bennasser, mi padre. Catedrático desde 2002, especialista en Historia Medieval. Desde 1974 profesor de la Universitat de les Illes Balears y desde 1984 profesor Titular Numerario de la misma. Publicó numerosos artículos en revistas nacionales y en el extranjero, así como libros y estudios monográficos. En la UIB desarrolló su carrera investigadora y docente mayormente hasta el último día. Además, en la UNED también desarrolló parte de docencia. Participó en numerosos Congresos de la Corona de Aragón tanto en España como en Nápoles y Cerdeña por mencionar algunos. Su interés se centraba en aspectos políticos y financieros del periodo S.XIII al XV. En colaboración con otros autores, La Corona d’Aragó, la consolidació y La forja dels Països Catalans (segles XIII-XV). A título póstumo, su esposa, la también historiadora Consuelo Chabás logró la publicación de La crisi baixmedieval a la Corona d’Aragó (1350-1450) junto a Lluís Tudela. Fue director y divulgador de la revista Mayurqa. Miembro de la Real Academia de la Historia desde 2006 y de la Comisión Permanente de los Congresos de la Corona de Aragón. Desde el dolor que supone, debemos recordar a Pau por su alegría, su forma de mirar, su optimismo, su perseverancia humana e intelectual; el rigor en sus investigaciones (¡en su alegación a candidatura de catedrático llegó con un carrito plegable cargado con todo su repertorio!). Su carácter expansivo, su sentido del humor y su pertenencia a esta tierra. Por arraigo a esta misma, abarcó investigaciones sobre caminos y servidumbres como sus pregones en su querida Caimari y de la Ciutat de Palma son muestra de ello. Formó parte, a petición de las autoridades políticas, de promover un día de fiesta oficial en la comunidad y se marcó el día 1 de Marzo. Con el paso inexorable del tiempo, lo verdaderamente valorable es la capacidad de rememorar a una figura y puedo decir que a Pau se le recuerda como si fuera hoy que lo teníamos aquí. Todavía hoy me reúno con sus amigos de café y lo recuerdan como una persona única, lúcida, con bonhomía, entrañable, carismática, capaz de aportar su opinión desde el respeto y aplicando su ironía socrática que le caracterizaba. Para mi padre, el verdadero conocimiento tiene que salir del interior de cada uno. No puede ser impuesto por otros.

Sólo el conocimiento que llega desde dentro, es el verdadero conocimiento. Era un verdadero hombre de razón. Sin olvidar la labor de mi madre que también colaboró junto a él, tanto en el ámbito académico con publicaciones sobre Esclaramunda de Foix como en la crianza. Ahora hace cinco años de su fallecimiento y estoy enormemente agradecido por los actos que se hicieron tras su pérdida sobre la figura y obra. Desde la UIB tuvieron una atención exquisita, tanto del cuerpo educativo como del rectorado y estudiantil (muy emotivas fueron sus palabras en el homenaje). Se nos fue de una forma repentina, silenciosa y sigilosa.

En su mejor momento de pensamiento álgido y lúcido. Quizá, hasta el final, nos quiso dejar una lección de vida.

Agradecimiento al equipo de limpieza y recepción de la Facultad, Rector Llorenç Huguet, especial al Catedrático Salvador Claramunt -que evaluó su candidatura-, Catedràtic Josep Juan Vidal, Catedràtic Sebastià Serra, Dr.Pere Fullana, Dr.Toni Ortega, Dr.Antoni Marimon, Dr.Lluís Tudela, Dr.Jorge Maiz, Catedràtic Antoni Riera, Miquel Picó, Antoni Ortega, Dr.Pablo José Alcover, Dr. Ricard Urgell, Dra. Isabel Moll, Dr. Enrique García Riaza, Dr.Eduardo Pascual Ramos y en especial al conjunto del alumnado.