Como dice Àngels Fermoselle en su artículo «no puedes pasear tigres», quiero añadir que ni leones, ni monos, ni vacas, ni burros, ni ovejas , y llegará un día que tampoco podremos sacar a nuestros perros a hacer ejercicio diario por la ciudad salvo que les hagamos conducir calesas cargadas de turistas.

Me preocupa la criminalización que se hace a los propietarios de perros, aunque pueda estar justificada en algunos casos. También Emaya, como servicio público que es, tiene que limpiar más. Me entristece que en la ordenanza municipal de 2004/2011 no exista ningún artículo en el que se permita a los perros socializados andar sueltos y libres por nuestras calles y parques.

Igual que los humanos, los animales tienen necesidades fisiológicas y como algunos desearían si no las tuvieran no por ello la ciudad estaría más limpia porque los humanos nos encargaríamos de colocar «manchurrones», como dices, en cualquier rincón y parques de la ciudad. Mi perra me ha irritado en varias ocasiones al comerse excrementos humanos, hasta de gatos, que algunos dejan sin recoger, aunque sea de humano y no conste en ninguna ordenanza tendrá que recogerla, digo yo.

Sigue diciendo Àngels Fermoselle que es grave que la gente no sepa la Ordenanza Municipal. Te pregunto, ¿realmente es grave? La Ordenanza Municipal de 2011 tiene muchos artículos, por favor lee el 49, 41, 48, 43, 81 y 67 no solo el 68 como citas, dudo que el regidor de Bienestar Animal ni el Alcalde de Palma se los sepan. Puedo comprender tú indignación pero miedo me da el ataque que se suele hacer a los propietarios de perros que supongo hacen lo que pueden o saben, indirectamente se está atacando a los mismos animales que son abandonados cuando se multa a su propietario con 300 E y no puede pagar tan alta cantidad, es desmesurado cuando lo que hace el propietario es atender y cuidar de su animal. 

Criminalizando a los propietarios de perros vamos a conseguir que dejemos de verlos caminando por la ciudad, que los niños puedan admirarse al verlos. Solo nos quedará por ver a los perros de los cazadores atados a gruesas cadenas como correas, perros de cazadores al margen de la futura Ley de Protección Animal, al final quien sufre las consecuencias de las quejas humanas son los animales.