Querido Tío Toni de quienes seguimos los partidos de tenis cuando eras entrenador del niño, joven y ya adulto Rafael. Qué difícil, vaya papeleta ser el entrenador ahora de Felix Auger Aliassine que jugó hace dos días contra tu sobrino. ¿Quién ganó? ¿Quién perdió? Ganó y le costó hacerlo a tu nuestro Nadal y perdió con honores tu gran alumno al que se nota que «va a clase» contigo.

Uno-cero, se podría decir. Pero pase lo que pase en el Nadal-Djokovic, gracias por enseñar a jugar al tenis que es difícil asignatura a tantos posibles talentos de la raqueta.

Tío Toni oé, tío Toni oé.