Alguien, dijo, que la guerra Rusia-Ucrania, es debido a la ineptitud de los políticos y la falta de diálogo para hallar una solución al conflicto. Lo cierto es que los motivos expuestos por el invasor son tan pueriles que dan ganas de mirarte al espejo y ver la cara de tonto que haces.

Los procesos históricos no son solamente condiciones externas, los determinan contratos culturales en que las mismas causas pueden tener efectos muy distintos.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se proyectaron objetivos apoyándose en la democracia liberal, en que seria la panacea y solución para la sociedad. Convencidos de que todo seria diferente , pero la realidad es que nunca lo ha sido. Después de décadas nos hallamos ante problemas en que los ricos son más ricos, la palabra ha perdido su valor, la justicia no es la misma para todos, la migración aumenta ya que hay países en que las personas no tiene el mínimo para subsistir, se ha producido el cambio climático sin que las grandes empresas ayuden a solucionarlo, tenemos una sociedad atrofiada por la teología de las compras, se parece confiar en las decisiones de los ordenadores mas que en los políticos. Hoy deja de ser lo que no puede contarse numéricamente. La esperanza frustrada es que el problema de las sociedades desarrolladas no es gestionar la escasez, sino repartir la riqueza.