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Jose Jaume

desde el siglo XX

José Jaume

Gobierno Prohens: insolente, compatible con la corrupción

En las proximidades del primer aniversario del regreso del PP al poder autonómico balear se constata que las añejas querencias del partido no se han desvanecido

Marga Prohens durante su intervención en el pleno del Parlament Balear. EFE

La insolencia, más bien chulería, casi desprecio, con el que se desenvuelve el Gobierno que preside la señora Marga Prohens (el PP del convoluto de Campos) quedó acreditada con la respuesta que dio al compañero Jordi Sánchez (cumplió a la perfección con su condición de periodista) cuando le preguntó si había acudido a inaugurar el agroturismo de su director general de Coordinación y Transparencia, señor Porsell, en otros tiempos alcalde de Andratx (la época de Eugenio Hidalgo, que dio con sus huesos en la cárcel), que carece de licencia de apertura. La señora Prohens, irritada, le espetó que ella iba a dónde se la invitaba, «faltaría más». Desabrida respuesta que, ante todo, exhibe que el cargo que desempeña le viene demasiado grande. Hagamos somera recapitulación para no perdernos en innecesarios vericuetos cuando el Gobierno balear se adentra raudo en páramos de difícil salida e incierto futuro, aunque todavía estamos a tres años vista de las próximas elecciones, con las izquierdas desaparecidas del mapa hasta el punto de que puede maliciarse que no están ni se las espera mientras dependan de la señora Francina Armengol, expuesta y vapuleada en la presidencia del Congreso de los Diputados.

Veamos: desaparece la Oficina Antifraude, liquidada sin contemplaciones, porque el socio del señor padre de la señora Prohens ha sido investigado por la fenecida Oficina y ahora el asunto se halla en manos de la Fiscalía. Prosigamos, el vicepresidente Antoni Costa, que acumula despropósitos con avaricia, contrata a un amigo agresor sexual y policial (todo presunto hasta que el juez dicte sentencia en el juicio previsto para mayo), a sabiendas de sus tropelías, para dirigir una empresa pública. La Universidad lo despidió al tener constancia de lo sucedido. La consejera de la Vivienda anda enredada en sus particulares actividades, a lo que se ve del todo acomodables con su desempeño político. Desaparece la Comisión de Medio Ambiente («rojos» fuera); así lo han pedido los promotores inmobiliarios, al tiempo se «externaliza» la concesión de permisos urbanísticos, todo ello acompañado de la concesión de la amnistía en suelo rústico para que se puedan legalizar las obras hechas de cualquier manera. Ha sido Antoni Costa, quién sino, al que le ha correspondido mostrar la desfachatez acostumbrada para argumentar (un suponer) lo que hace su Gobierno, las poderosas razones que le impulsan. De lo que se trata es de facilitar la construcción. Sin la Comisión de Medio Ambiente los promotores inmobiliarios se las prometen muy felices. La muy sobada balearización que se vaya a hacer gárgaras, y eso que la señora Prohens se despacha con que «no podemos seguir creciendo en volumen». Joder, si llegamos a poder crecer Mallorca se convierte en Hong Kong en menos que canta un gallo.

La insolencia acompaña al Gobierno balear, que se declara, por la vía de los hechos, compatible con la corrupción (presunta, todo presunto). Van acompañadas de inaudita torpeza: puestos a eliminar la Oficina Antifraude era tan fácil dejarla emasculada para que no metiera las narices en los trapicheos que se van conociendo; pero no: al Ejecutivo del PP le pierde la insolencia, el estamos aquí porque hemos ganado las elecciones (incontestable), disponemos de la mayoría parlamentaria para hacer lo que nos dé la gana. Tanta insolencia les ha dejado con las vergüenzas al aire. En eso de la Oficina Antifraude fue más espabilado el PSOE de la señora Armengol: opto por dejarla en el limbo. Al PP de Prohens no le valen medias tintas, sino el a por ellos; a por ellos van: decapitación de la Ley de Memoria, que, esa sí, se debe a la presión, al igual que con el catalán, de Vox, que, acuchillándose a mansalva, siempre saca tiempo para dar la cornada que caracteriza a la divisa de la extrema derecha.

Corolario: nadie ha dimitido; en el Gobierno balear se ignora el concepto. Se cesó al amigo de Costa al no haber otra salida. Dejemos para mejor oportunidad el caso de las mascarillas; Prohens (Javier Ureña) acabará tan liada como lo está Armengol; harto difícil.

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