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Alex Volney

Responsabilidad

Sólo si caes puedes volver a levantarte. Si no mandas, si no gobiernas no te equivocas. Aquellos que asumen responsabilidades son los que van a cometer errores. Una cosa es criticar a los que nos gobiernan, conocer sus reiterados errores y otra muy diferente es justificar lo injustificable. La tendencia a generalizar sin matices se impone de forma global. Pocas personas son las que entienden que en el Este, en esta maldita guerra, mueren inocentes a ambos lados de las trincheras y los responsables, de momento, no están asumiendo nada ante la desorbitada cifra de personas que han perdido la vida, incluido miles de niños. Europa solamente tiene futuro con la tolerancia como bandera y los rodillos de una parte sobre otra se van sucediendo. El clásico de una nación sobre otra sigue el macabro curso de los siglos. De libro. Nada nuevo en el firmamento. Europa como caleidoscopio de culturas y lenguas de nuevo en peligro.

Isaac Bashevis Singer afirmaba en 1968 que la literatura yiddish se construyó sobre las ideas de la Ilustración «pero la ilustración… no trae la redención». No creía, el autor, que el socialismo fuera a redimir a la humanidad y mucho menos a crear «un hombre nuevo». Bashevis Singer se consideraba lo suficiente listo «o necio y escéptico para saber que era una majadería» que los medios de producción estuvieran en manos del Estado. «Sea quien sea el propietario de las fábricas y las carreteras, el hombre siempre será el mismo».

Harold Flender le insistía: ¿Y no hay nada que pueda salvar a la humanidad?: «No, nada nos salvará. Alcanzaremos mucho progreso, pero seguiremos sufriendo, y el sufrimiento nunca llegará a su fin». Sostenía que el hombre seguiría inventando nuevas fuentes de dolor y aseguraba que esa idea de salvación procede de la religión, pero que la idea del paraíso en la tierra no era judía, ni cristiana. «Idea absolutamente griega o pagana». Y terminaba la reflexión con una aguda frase tradicional del pueblo elegido: «con el rabo de un cerdo no se puede hacer un bolso de seda».

En la entrevista realizada para The Paris Review Flender le lanza el dardo al genial autor ¿...los judíos salieron ganando al ser sometidos a la represión y la discriminación? Pregunta que en apariencia puede resultar manicomial-fascista pero que en la respuesta del nobel judío encuentra ese curioso matiz tan inquietante. «Aquellos que están en el poder acaban cometiendo injusticias tarde o temprano». La situación política actual en Israel (ese trocito de Europa en Oriente Medio) le acaba dando algo de razón en este sentido. «Los judíos tuvieron la suerte de no ostentar ninguna forma de poder durante dos mil años, …durante esos dos mil años, tuvimos la bendición de una falta casi absoluta de poder». Eran declaraciones para la profunda reflexión. A día de hoy cabe constatar que el problema es bien antiguo en Europa. En cualquier continente. En Oriente Medio. En el Este, con la maldita guerra o en el Oeste con Trump. En el Norte y en el Sur. El viejo conflicto humano. Un pueblo sobre otro pueblo. Oprimir al vecino. Imponer tu manera de ver el mundo a tus semejantes. Este escritor criado en la ortodoxia y que vivió en el judaísmo no fue para nada un dogmático en su pensamiento. Causaría revuelo con su heterodoxa personalidad. El mismo Bhagavad-Gita le había parecido muy cercano. El sencillo ejercicio de empatizar con el diferente ya es una gran garantía para no cruzar ninguna línea roja y todo sin perder de vista lo vivido por su familia en el Holocausto y las marcas que dejaría en su trayectoría. Por un lado, abrirse al mundo y por el otro rechazar la libertad de actuación de los liberticidas. Es una cuestión a tener muy en cuenta en estos próximos y últimos días de mayo. Quizás es en las urnas donde aún se puede limitar esa libertad a aquellos que pugnan por eliminarla de lo universal. Falta un ejercicio de responsabilidad máxima. Podemos ser críticos. Muy críticos e incluso irreverentes con el poder que nos desgobierna, pero eso no nos autoriza a poner el arma democrática en manos de liberticidas. Según la lógica de Bashevir Singer si hemos de seguir sufriendo que sea con moderación. No sea que creyéndose algunos que se ponen rebeldes vayan a resultar vulgares e impúdicos masoquistas.

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