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Felipe Armendariz

PENSAMIENTOS

Felipe Armendáriz

Boye y las segundas vueltas

Gonzalo Boye Tuset. EFE

La mayoría de los abogados preparan los juicios en primera instancia a muerte. Gonzalo Boye Tuset, letrado del conglomerado ‘procés’ y de otros muchos entuertos no. Él confía en las segundas y hasta en las terceras vueltas.

Nuestro hombre, nacido en Villa del Mar (Chile) hace 58 años, es un peculiar ‘entrenador’ de la Liga de Campeones del Derecho. El jurista juega partidos legales muy importantes y, en las previas, calienta el ambiente a mil grados. Su táctica preliminar es, además del consabido recurso a la falta de pruebas incriminatorias, poner a parir al fiscal, la instancia judicial, el tribunal, la Policía y hasta los ujieres de la sala.

El abogado prepara a conciencia las cuestiones previas, mas, una vez estas rechazadas, parece desinflarse. Lucha con ahínco, pasión y hasta con saña en los aperitivos, pero luego, en las vistas, se diluye. Es lo que ha pasado con Laura Borrás, presidenta del Parlament de Cataluña suspendida en funciones a la hora de escribir este artículo y recientemente condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya por fraccionar contratos públicos. Su defensor empleó el manipulado comodín de que a Borrás se le ha juzgado no por sus actos corruptos sino por su condición de dirigente separatista. Vamos, que es una mártir política.

El resultado ha sido un rotundo fracaso, equiparable a la derrota judicial y personal de Quim Torra, expresident de la Generalitat y representado también por nuestro personaje. Torra salió de la escena pública por un quítame de acá esas pancartas, una falta leve que, con un buen asesoramiento, no le habría traído apenas consecuencias.

El también profesor no cree en los enfrentamientos en campo propio. Busca la clasificación, la victoria o, al menos, el no descenso de categoría en los encuentros de vuelta. Esta estrategia le ha dado muy buenos resultados en los supuestos del fugado Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat, y de nuestro trovador exiliado Valtònyc. Ambos llevan años viviendo plácidamente en Bélgica gracias a las habilidades del penalista.

Su asesor nos ha enseñado que las altas instancias judiciales europeas y los tribunales de Alemania, Bélgica e Italia son ligas diferentes, y hasta hostiles, a la española. Allí el antiguo colaborador de ETA gana choques, aunque queden muchas jornadas por disfrutar. Este calendario procesal europeo es muy largo y beneficia a los reclamados por la Justicia española, a la que el letrado tilda, a la menor ocasión, de parcial y antidemocrática.

La toga de oro de los secesionistas fue condenada en 1996 por la Audiencia Nacional a 14 años de prisión por colaborar con ETA en el secuestro del industrial Emilio Revilla. Fue un ejemplo de reinserción porque en la cárcel se licenció en Derecho por la UNED y pasó de acusado a defensor.

Ahora él mismo se enfrenta a una petición de casi diez años de privación de libertad por su presunta implicación en la trama de blanqueo del narcotraficante gallego Sito Miñanco. El jurista se aplica su propia medicina y alega que los cargos son falsos y que la Audiencia le acosa por su cercanía a los independentistas. Gonzalo Boye, de momento, va a ser juzgado en casa. ¿Habrá partido de vuelta?

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