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Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

El general Fulgencio Coll amplía su perímetro menguando a PP y PSOE

Para las elecciones del 28 de mayo solo hay dos candidatos reconocibles en Mallorca: Francina Armengol, lo que no le garantiza nada, y Fulgencio Coll, macho alfa de Vox

Fulgencio Coll

No dejará de ser descomunal sorpresa si el próximo alcalde de Palma es el candidato de Vox. Fulgencio Coll, teniente general, ha ostentado la jefatura del Estado Mayor del Ejército siendo presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, además de primer jefe del que seguramente es el cuerpo de las Fuerzas Armadas mejor valorado, la Unidad Militar de Emergencias (UME), creación del zarandeado presidente socialista, y denostada hasta la saciedad por el PP al anunciarse su constitución. Fulgencio Coll, hijo de otro teniente general del mismo nombre, que fue gobernador civil en Vasconia durante la dictadura (no es necesario explicar lo que suponía el cargo en aquellos aciagos tiempos) y después presidente de la Diputación Provincial, ha recalado en la extrema derecha para, tras mantener un embarrado enfrentamiento con el falangista Jorge Campos, connotado petimetre de medio pelo, hacerse con el control absoluto del partido en Palma. Coll incrementa las posibilidades de acceder a la alcaldía de Ciutat. Las razones, de entrada, el PP está suicidándose en la plaza pública: la obediencia debida al delincuente José María Rodríguez, aireada obscenamente por esa calamidad que es su candidata a la presidencia de la Comunidad Autónoma, Marga Prohens, que ha completado el acceso del convoluto de Campos a la primera línea, al nombrar a Sagreras portavoz de la campaña, al rendir obligada pleitesía, dada la norma de la obediencia debida, a Rodríguez, ha enviado al carajo la campaña de Jaime Martínez, que, sin internos respaldos, deambula no sabiendo a qué atenerse. Por si no bastara, en la dirección del PP le tienen ganas: no es de los suyos; es un candidato correcto, aseado, atributos desdeñables en el partido de Prohens, aupada por Pablo Casado.

Fulgencio Coll sufragará sin adversarios dignos de tal nombre, no lo es el actual alcalde José Hila, naufrago que contribuye a jibarizar las aspiraciones de Francina Armengol. El Gobierno municipal del socialista ha sido estrepitoso fracaso; sus socios, desde los clérigos de Més (antes PSM), y en especial un tal Jarabo, que ni en Podemos, su partido, aprecian, le han ayudado lo indecible a ahogarse. Sus propios méritos para ser engullido por la marea electoral son indiscutibles. En Palma solo hay un candidato reconocible y ese es Fulgencio Coll Bucher. Veremos qué dan de sí las urnas y lo que establecen los posteriores pactos. Quede constancia de que ni Hila ni Martínez, por distintas razones, son oponentes para el general.

Y si Fulgencio Coll es el candidato reconocible en Palma, para la Comunidad Autónoma lo es la actual presidenta, la socialista Francina Armengol, que, al igual que Coll, compite sin oponentes: no es capaz de serlo Marga Prohens, que exhibe tanta ignorancia como malos modos, lo que no quiere decir que no vaya a ser la presidenta de la Comunidad. De Jorge Campos mejor no hablar, lo que tampoco excluye que salga de las elecciones vicepresidente. El tándem Prohens-Campos es la dantesca alternativa a Armengol. Hay consistentes posibilidades de que acontezca: los pactos poselectorales no se establecerán en intrascendentes apoyos parlamentarios: Vox exigirá lo que las urnas le otorguen: si es imprescindible, el PP se aviará para incorporarlo a su hipotético gobierno. Reverbera Castilla y León.

Queda por saberse si se requerirá a El Pi, que es plausible tenga mucho que decir. No se ve por ninguna parte a José Melià maridado con Jorge Campos (lo de que yo apoyo al PP y si Vox hace otro tanto no es de mi incumbencia no cuela) y no se atisba a éste renunciando al Gobierno para que Melià apoye a Prohens. Para El Pi están excluidos Vox y Podemos. La ventaja para la izquierda es que Podemos se excluye a sí mismo. A Coll El Pi no le desazona: no llega a Cort.

Acotación accidentada.- En la calle Jaime Balmes, sobre un paso de cebra, en el carril integrado en la acera, fui atropellado por un patinete sin consecuencias. La que sí las tendrá es la culpable indolencia del Ayuntamiento.

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