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Ramón Aguiló

escrito sin red

Ramón Aguiló

Marga y Yadira, las lechuzas de Feijóo

En los libros sagrados las lechuzas y su lúgubre canto están asociadas a escenas de ruina y desolación. Un escenario así resultó ser el acto electoral del Partido Popular del pasado sábado con la participación estelar de la telepredicadora evangélica Yadira Maestre, pensado para contrarrestar la Cumbre Iberoamericana en la que participó Pedro Sánchez. «Aleluya», gritaba la telepredicadora, «cuando Josías gobernaba se celebraba la Pascua», «bendice Señor a nuestro alcalde, bendice a nuestra presidenta, bendice a Feijóo», «bendice a España y a toda su gente, orando por este gran partido».

Produce perplejidad que para contrarrestar a Sánchez y al comunismo peronista de Podemos, Feijóo se sumerja en la turbia alianza con las iglesias pentecostales con las que los líderes autoritarios de derecha e izquierda (Bolsonaro, Lula da Silva, Gustavo Petro, Castillo, López Obrador) han cimentado su poder. No de este modo, ni con críticas desafortunadas a Sánchez puede el PP resucitar la política exterior hacia Latinoamérica que lideró González en los ochenta. Feijóo ha declarado que desconocía el contenido del sermón de Maestre, pastora de la iglesia Cristo Viene, de Usera, que ofrece cursos para exorcizar la homosexualidad o de oración para curar a enfermos de cáncer, puro curanderismo. Evidencia la improvisación y la falta de profesionalidad de sus asesores más directos, la tropa que se trajo de Galicia, a Bendodo, de Andalucía, a González Pons, de Valencia.

Es preocupante que organizaciones como El Yunque sean muy influyentes en Vox, especialmente cuando Espinosa de los Monteros afirma que ellos mantienen una relación fluida con la iglesia evangélica: «no nos relacionamos con ella sólo en época electoral». Lo es mucho más si su influencia se extiende al PP, equiparándole más al populismo latinoamericano que a las democracias liberales europeas. Produce estupor que Feijóo concite adhesiones cuando calla, como cuando la moción de censura, denostada por los medios progresistas que le atacan y los conservadores que le protegen, y que meta la pata cuando hace declaraciones. Ya dijimos cuando fue aupado a la presidencia del PP, que no era el estadista que necesitaba España, a lo sumo un contable para realizar una gestión económica aseada. Sin más que su advenimiento a la política estatal se dispararon las encuestas a su favor. Pero desde que empezó mostrarse, a ejercer, a tomar decisiones y a concentrar ataques e insultos de los fámulos de Sánchez, le empezaron a temblar las piernas. Sánchez, al compás de los insultos y de la compra de votos a través de las pensiones, gratuidad del transporte público, cheques a los jóvenes y ayudas de 200 euros, está resistiendo, de forma que en las últimas encuestas la diferencia entre ambos apenas supera los cuatro puntos porcentuales. Feijóo empeora las pobres expectativas de su irrupción en la política nacional. No puede despreciarse el aguante de un Sánchez que podría volver a ganar las elecciones, aunque sea a costa de hipotecar al país durante muchos años con déficit y deuda del 150% del PIB, que deberán pagar con impuestos y cotizaciones elevadas las generaciones más jóvenes, precisamente las que no tienen aseguradas sus pensiones. Y de cada vez más se aleja la posibilidad de su pretensión de gobernar en solitario. Si gobierna deberá hacerlo contando con Vox.

Marga Prohens es tan gritona o más que Yadira, y más agresiva. Cuando su entronización como gran jefa del PP balear ya dijimos que no daba la talla. Bastaron unos pocos lances para descartar un «efecto Prohens», cuando, estimulados por el «efecto Ayuso» en Madrid, algunos especularon con esa posibilidad. En el espacio 24 horas de TVE quedó en ridículo ante toda España recitando el argumentario del PP, incapaz de hilvanar alguna respuesta inteligente. No es una fundamentalista del catalán, pero ni siquiera se expresa correctamente en castellano. Sus intervenciones en el Congreso son para olvidar, de una sobreactuación crispada, de la escuela agresiva y ríspida de Rosa Estarás, la vicepresidenta del gobierno de Jaume Matas, el más corrupto de la historia de Balears, del cual salió milagrosamente incólume tras avalar con su presencia los desmanes de su jefe; el partido la colocó con generoso sueldo como eurodiputada; ahora ejerce también de edecán de la presidenta regional. Si Prohens llega a presidir Balears nos dará motivos sobrados de vergüenza.

Si su mochila de desaciertos fuera comparable al tonel de las Danaides, por mucho que los acumulara siempre a muchos más daría cabida. Así lo demostró la pasada semana cuando, para hablar de listas para las elecciones, se reunió a manteles con más de sesenta personas, entre las que figuraba el candidato a alcalde de Palma, Jaume Martínez, invitados todos por el delincuente corrupto José María Rodríguez, condenado a tres años de cárcel, que ha pasado en tercer grado. La reunión con el antiguo teniente de alcalde de Fageda y conseller de Interior de Matas, capo del partido en Palma, pone en evidencia que el PP no ha sabido romper con su pasado de corrupción institucional, del que aún pueden brotar renuevos. Ya ha merecido el rapapolvo de Borja Sémper, portavoz nacional del PP, que ha dicho que la reunión no fue una decisión acertada, sentencia que inmediatamente ha suscrito Prohens, faltaría más. Sus explicaciones provocan hilaridad. La primera es que la reunión se hizo con buenas intenciones, un grupo de personas querían conocer a Rodríguez. Extravagante, en Mallorca es más conocido, y para mal, que el Tito Berni en Fuerteventura. El infierno está empedrado de buenas intenciones. Es inimaginable que dijera que se hizo con las malas intenciones de colocar a los fieles del corrupto para perseverar en sus maquinaciones y para garantizar la movilización electoral, que no se tiene asegurada en Palma, ni para Martínez ni para ella. La segunda es que, si hubiera sabido la trascendencia que ha tenido, la decisión habría sido otra. Lo que deplora no es la reunión, sino que trascendiera. Menuda catadura moral. Es un poco patético que no se percate de que se está confesando como una persona limitada, que no sabe prever las consecuencias de sus actos, como una adolescente, alguien para quien la presidencia de Balears está más allá de sus capacidades.

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