Tras una esperada tortuosa tramitación parlamentaria, por fin se ha aprobado la tan necesaria Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, de ámbito estatal. Como dice su exposición de motivos, «Cada día resulta más evidente en España la creciente sensibilización de la ciudadanía ante la necesidad de garantizar la protección de los animales en general y, particularmente, de los animales que viven en el entorno humano, en tanto que seres dotados de sensibilidad cuyos derechos deben protegerse, tal y como recogen el artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y el Código Civil español». El principal objetivo de esta ley es el reconocimiento y la protección de la dignidad de los animales, regulando el comportamiento de los seres humanos para que los tratemos como seres vivos que no pueden ser maltratados por mero capricho o utilidad.

El texto definitivo ha variado mucho respecto de la propuesta inicial, pero conserva el espíritu original que es reconocer a los animales como sujetos de derecho. Es decir, que un perro, un gato, un hurón o cualquier otro que se considere legalmente que es un animal de compañía, tienen derecho a la vida, a la integridad física, a no padecer miedo, sed, hambre, a no ser torturado, encerrado, por el mero hecho de que al ser humano le convenga. Aquí termina la polémica doctrinal jurídica de si los animales ostentan derechos o es el ser humano quien tiene obligaciones respecto a ellos. La ley es clara al respecto, su objetivo es proteger los derechos de los animales. Por lo tanto, representa un paso de gigante en la defensa de los animales porque a partir de su entrada en vigor, dispondremos de más herramientas legales y jurídicas para protegerlos.

Por ejemplo, se regulan expresamente las figuras de los gatos comunitarios y las colonias felinas, dando seguridad jurídica a estos animales que hasta ayer no existían para la ley, al menos, en Baleares. A partir de la entrada en vigor de esta ley que será a los seis meses de su publicación en el B.O.E., los ayuntamientos van a tener que relacionarse con las entidades, los voluntarios y los gatos comunitarios en una posición de igualdad, teniendo que bajar de ese pedestal en el que están aposentados la mayoría de los consistorios de Baleares. No solamente se van a ver obligados a reconocer la dignidad de los gatos, también la de los voluntarios. Desgraciadamente, estos ven a menudo pisoteado su trabajo por los mismos ayuntamientos que públicamente presumen de proteger a los animales y apoyar a los voluntarios. Este caciquismo del s. XXI, que pervive alojado en nuestras sociedades democráticas, está pronto a desaparecer.

Otra herramienta jurídica es el aumento de las sanciones administrativas. Como bien saben ustedes las infracciones administrativas se clasifican en leves, graves y muy graves. Las sanciones correspondientes a cada una de ellas son las siguientes, para las leves de 500 a 10.000 euros, para las graves de 10.001 euros a 50.000 euros, y para las muy graves de 50.001 euros a 200.000 euros. Y para ilustrar este tema, decirles que dar muerte a un gato comunitario fuera de los casos permitidos por la propia ley, se considera una infracción muy grave que puede sancionarse con una multa de 200.000 euros.

Vivimos en la era de los fake, y varios se han difundido acerca de lo que supone esta nueva ley. Uno de ellos es que los perros usados como medios auxiliares en la caza quedan desprotegidos porque no se les incluye en la ley. Tal cosa no es cierta porque todas las leyes autonómicas que regulan la actividad cinegética obligan a los cazadores a aplicar los estándares de bienestar animal y cumplir con la normativa de protección de los animales. Esto significa que, por una doble remisión normativa, es posible que al final se tenga que aplicar indirectamente aquella ley estatal a los perros de caza.

Paralelamente, a la tramitación de esta ley, se ha tramitado una modificación del delito de maltrato animal, por la que se aumentan las penas y se protege no solo a los animales domésticos o domesticados, sino a todo animal vertebrado. Y sí, si usted lesiona o mata a una rata sin disponer de una autorización administrativa sanitaria, estará cometiendo un delito de maltrato animal. En The times they are a changing profetizaba Bob Dylan que «-el que ahora pierde, será el que más tarde gane -Ya que los tiempos están cambiando». Y los cambios han llegado para quedarse. Nos corresponde a los seres humanos cambiar de hábitos y de mentalidad para dejar espacio vital a esos seres que nos han acompañado desde hace miles de años en nuestra andadura evolutiva y civilizatoria.