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Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

En Mallorca el PP sigue siendo José María Rodríguez

La presidenta del PP afirma que no dará más explicaciones sobre su colosal metedura de pata, aviada va: lo sucedido le perseguirá hasta el 28 de mayo

José María Rodríguez. DM

Si en Madrid Isabel Díaz Ayuso mete en fenemonal lío a Núñez Feijóo, que se corona a diario como metepatas, a cuenta de la telepredicadora evangelista (¡Aleluya! señor Feijóo, Dios está contigo para combatir al demonio) que revienta la convención del PP, en Palma no se le va a la zaga: a Marga Prohens le germina la idea de compartir con José María Rodríguez, otrora presidente del partido en Palma, delincuente confeso, que ha visitado obligado la cárcel y accedido al tercer grado, una comida para diseñar la estrategia a seguir en las elecciones del 28 de mayo en las que se dirimirá quién gobierna en el ayuntamiento de Palma. Estrategia y los nombres a incluir en la candidatura, que por algo en la reunión estaba el lugarteniente para todo de Rodríguez, Paco Frau. Incrementando el error: a la comida, que para él fue la cena del condenado a muerte en la víspera de pasar al más allá, asistió, Jaime Martínez, candidato a la alcaldía, a quien, según relatan las cándidas almas asistentes al desastre, se le pudo ver entre desfondado e inmensamente cabreado ante la encerrona que se le había preparado. A Martínez en el PP no le quieren bien, lo han constreñido en el PP de Palma, donde ingenuamente cree que puede hacer la candidatura que le acompañará en las elecciones. No será así: la lista la hará el partido y el partido es Prohens y el convoluto que la respalda, donde está Rodríguez, que asistió a la reunión porque tenía que estar, pues sigue conservando el suficiente poder para establecer vetos y promocionar nombres. El PP de Palma es obra suya y no hay sentencia que sea capaz de deshacer lo que él urdió año tras año.

Neutralizado Jaime Martínez, Fulgencio Coll se beneficia del disparate perpetrado por Prohens

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Lo de la telepredicadora ha sido un disparate colosal. Feijóo abunda en ellos: ha sido capaz de arruinar la presentación del programa electoral, con la consabida bajada de impuestos que siempre incluye el PP, además de ciscarse en la Cumbre Latinoamericana a la que asiste el jefe del Estado, el rey Felipe VI, acusando a Pedro Sánchez de conchavarse con autócratas. Eso y la telepredicadora a lo Bolsonaro es definitorio; en cuanto a lo de Palma excede la capacidad de muchas tragaderas. Se sabe quién es Prohens, lo que representa, pero dando por sentado que debe contar con la anuencia de José María Rodríguez para según qué menesteres electorales, parece que no debería ser necesario recordarle que es muy conveniente hacerlo con la discreción que requieren las variadas circunstancias que envuelven al personaje, que son muchas y todas negativas. El cúlmen del cinismo de Prohens y su corte llega cuando Borja Sémper la desautoriza (qué otra cosa podía hacer) y la presidenta regional del PP sale con que la reunión no fue oportuna recalcando que «no voy a dar más explicaciones porque no las hay». ¿Cómo que no las hay? La primera es la de dilucidar a qué obedece la inquina que se le tiene a Jaime Martínez, cuál es la razón por la que se opta por arruinarle la campaña dejándolo malherido a los pies de los caballos. A Martínez, un candidato presentable, se le ha hundido deliberadamente la campaña, se la han puesto imposible. Desde ahora carece de capacidad para debatir públicamente con José Hila, el alcalde socialista y candidato a la reelección, que tan solo tiene que recordarle que está supeditado a Rodríguez. Por si no bastara, le abre las puertas a Fulgencio Coll, el candidato de Vox, que se torna en refugio natural de los electores de derechas que verán imposible sufragar al PP dada la preeminencia de la que sigue haciendo uso Rodríguez. Esas son explicaciones que Marga Prohens debe y a las que no debiera sustraerse, aunque pretenda dar la polémica por cerrada.

Quede constancia de que Martínez no es del agrado de la dirigencia del PP de Mallorca. No dudemos que la candidatura no será la suya: se la harán. Entonces, ¿qué recursos le quedan al candidato? Pocos o ninguno. Eso sí, tiene en su mano decir hasta aquí hemos llegado. En cuanto a lo de contar con Rodríguez es de suponer que no requiere de mayores explicaciones.

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