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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Los años no pasan en vano

Ramón Tamames, en el Congreso. EUROPA PRESS/EDUARDO PARRA

Les garantizo que no tengo tendencias masoquistas, a pesar de haber resistido los dos días completos de la emisión televisiva de la moción de censura propuesta y liderada por Vox. El motivo principal fue el poder ver y oír en directo a Ramón Tamames después de largos lustros. Nos conocimos y colaboramos en tiempos de la clandestinidad, en los entornos de la Transición y en decenios posteriores. Pero los años no en vano han transcurridos para ambos: Tamames 89; Tarabini 83. Yo, simple sociólogo de provincia y político amortizado, sigo recordando al ilustre economista y político.

Ramón Tamames fue militante activo y relevante antifranquista, que le costó la cárcel; participó en la Transición; ocupó cargos relevantes en las instituciones democráticas recién inauguradas; fue profesor universitario; autor de múltiples publicaciones referidas especialmente a la Economía. Y suma y sigue.

Junto, con otros/as, fuimos seguidores del Tamames economista, y a su vez, conmilitones suyos en el Partido Comunista (PCE) de cuyo Comité Central formó parte. Pero surgieron desacuerdos relevantes, políticos y socioeconómicos con Tamames, con su devenir y sus avatares políticos (PCE, IU, CDS), que nos condujeron a suspender nuestra militancia comunista y buscar otros derroteros políticos.

Pero a pesar de lo expuesto, les confieso que me extrañó su presencia como protagonista en la moción de censura al Gobierno de coalición y a la mayoría parlamentaria, liderada por Vox. Y más me llamó la atención que uno de sus avalistas fuera el escritor Sánchez Dragó, confeso ultra que prometió exilarse si los socialistas ganaban las elecciones, a pesar de lo cual sigue vivo y coleando en nuestros lares.

El líder de Vox, Santiago Abascal, inició el acto y nos presentó a su candidato Ramón Tamames. En su discurso inicial del líder ultra nos describió la caótica situación política, económica y social de España liderada por comunistas, terroristas e independentistas, que entre otras lindezas excarcelan a violadores y pederastas. Expresa y muestra su nostalgia de tiempos mejores y heroicos, con alusiones a la guerra de liberación.

Vox ofrece borrón y cuenta nueva a la derecha española para liberarnos de sus actuales titulares liderados por el incompetente, entre otra lindezas, Pedro Sánchez. El medio es la moción de censura y su consiguiente adelanto electoral protagonizado por el Ilustre Candidato Ramón Tamames.

Entre ruidos y aplausos toma la palabra el candidato, con cierto desconcierto y reiterando el apocalíptico diagnóstico de nuestra insoportable realidad (incluida la UE) política, económica, social, demás inputs. Pero no hace la más mínima alusión a su programa, ni al adelanto electoral.

Interviene Pedro Sánchez, expone sus objetivos y propuestas. El candidato, con rostro agrio, interrumpe su intervención: «demasiado larga» y en tono mitinero». Le desconciertan el talante y las propuestas de la vicepresidenta Yolanda Díaz. La podemita pretende vendernos que el gobierno Frankenstein de coalición y su mayoría de apoyo gozan de buena salud a pesar de los inevitables desajustes.

Le desorienta la ausencia del líder popular, Núñez Feijóo. La intervención de la Secretaria General popular, Cuca Gamarra, coincide con el diagnóstico de Vox y PP; pero no en la solución. Expresa su «respeto y afecto personal» a Tamames, pero el PP piensa abstenerse. No se adhiere a la moción de censura que «favorece» al gobierno vigente.

Los resultados finales son claros. Tamames recibe 53 síes, 201 noes y 88 abstenciones. Pero Vox se considera vencedora. El (ex) con cara de desconcierto y de vanidad herida, recibe la pleitesía de los diputados de Vox. El (ex) candidato se une a una foto honorable con todos sus diputados.

Antes de concluir, justifico el título de estas líneas «Los años no pasan en vano». Ya en plena democracia coincidí con Ramón Tamames, ambos superados los 70 años, en un Seminario en Madrid bajo el título «El Liderazgo Político en una Sociedad Democrática». Reconocí y saludé al gurú; él con rostro agrio me dijo que le sonaba mi apellido italiano. En mi intervención acudí a un relato que nos explicitó el catedrático de Ética, el Doctor Fischer, en la Universidad Gregoriana: «El mundo, incluida la política, es un gran teatro donde juegas un papel ganado en unas elecciones y/o por tus méritos. Lo importante es que lo juegues, pero que no te creas que es propiedad tuya. La realidad cambia, los años no perdonan». Su respuesta fue «la experiencia aportada es básica para no cometer errores». Y mi apostilla final fue: «Tiene razón señor Tamames, pero escuchando y dejando espacios a las nuevas experiencias de otros sujetos. «La vejez no perdona, ni a usted, ni a mí».

Regreso a la realidad política cotidiana. Vivimos inmersos en una doble precampaña electoral, las Generales (¿Final noviembre?) y las Autonómicas/Locales (28 Mayo). El futuro no está escrito. El porcentaje de participación y el comportamiento del voto indeciso pueden ser claves.

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