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Lucía Velasco

Un millón de notificaciones

Es como un tic. Desbloquear, buscar una burbujita nueva, abrir el correo electrónico por si acaso. Escrolear arriba y abajo. Volver a bloquear. Constantemente. Y claro, con este trajín somos incapaces de concentrarnos en la tarea que se está realizando

¿Quién sería capaz de calcular cuántas notificaciones recibe cada día? La media en Estados Unidos es de 46 notificaciones al día, aunque los estudios demuestran que miramos el teléfono el doble de veces. Es como un tic. Desbloquear, buscar una burbujita nueva, abrir el correo por si acaso. Escrolear arriba y abajo. Volver a bloquear. Constantemente. Y claro, con este trajín somos incapaces de concentrarnos.

Las distracciones pueden aparecer de muchas formas. Ya sea una notificación en el teléfono o la necesidad de consultar las redes sociales; la mera sensación de creer que ha vibrado el teléfono. Así es difícil mantener la concentración en la tarea que se está realizando. Un ejemplo es la situación tan común de pararlo todo para comprobar los mensajes en el móvil o darse una minivuelta por la app de turno. La atracción es tan fuerte que, incluso sin una alerta, nos sentimos obligados a hacer una pausa y consentirnos ese paseo por el mundo de los «me gusta» y los «compartidos». Es una lucha a la que nos enfrentamos diariamente y que puede tener un impacto significativo en nuestro cerebro. Nos hemos vuelto tan adictos a nuestros dispositivos que la multitarea se ha convertido en una norma, orgullosos de la capacidad para hacer malabarismos con varias tareas a la vez. Pero, según el neurocientífico Adam Gazzaley y el psicólogo Larry Rosen, nuestro cerebro no está preparado para esta estimulación constante. En su libro La mente distraída, explican cómo la multitarea puede provocar errores, accidentes y la pérdida de oportunidades para establecer una verdadera conexión humana.

La mente distraída es un problema común en el mundo actual. Nuestros cerebros no están dispuestos para esa multitarea que la tecnología ha facilitado. Hacer muchas cosas a la vez, o al menos tener esa sensación -porque precisamente uno de los efectos de esa fragmentación en la atención es la imposibilidad de culminar exitosamente tareas que requieren cierto grado de atención- es un caballo de Troya que va disminuyendo nuestras capacidades. Controlar la mente distraída es esencial porque puede causar ineficacia, aislamiento social e infelicidad. La ansiedad por estar desconectados, aunque sea brevemente es un indicador de que creemos que nuestro rendimiento está relacionado con la conectividad.

Hay varias señales que indican que tienes una mente distraída. Algunas de estas son la propensión a los pequeños accidentes, olvidos, no prestar atención a los detalles o que cueste completar las tareas. También es posible que sea fácil que la mente se desvíe o que se experimenten mayores dificultades de lo normal para conformar razonamientos. Un síntoma habitual es tener la sensación de pensamiento confuso, o que la memoria a corto plazo no sea tan buena como de costumbre. Obviamente la distracción puede deberse a distintos factores. La ansiedad o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) también puede causar síntomas de distracción como falta de atención, problemas de memoria y concentración. Si se sospecha que la ansiedad o el TDAH son la causa de los síntomas, lo mejor es acudir a un profesional sanitario.

¿Cómo podemos hacer para vivir en el mundo moderno sin sacrificar la tecnología por completo? Aquí van algunas ideas para crear un entorno que favorezca la concentración.

En primer lugar, en el entorno laboral es esencial crear una cultura orientada a la productividad, estableciendo objetivos y aclarando el propósito de todo lo que se hace. En segundo lugar, es importante identificar y reducir las distracciones, desactivando las notificaciones, estableciendo horas específicas para comprobarlas y mantener la concentración el mayor tiempo posible. Además, es conveniente priorizar las tareas diariamente y completar las más urgentes para tener sensación de progresión. A esto se le pueden añadir nuevas herramientas de productividad como las aplicaciones que implementan un temporizador Pomodoro -una técnica de gestión de tiempo que se utiliza para aumentar la productividad y que consiste en trabajar en períodos de tiempo de 25 minutos (conocidos como pomodoros), seguidos de breves descansos de cinco minutos.

Después de cuatro pomodoros completados, se toma un descanso más largo de 15 a 30 minutos. Esta herramienta se utiliza comúnmente para dividir el trabajo en bloques manejables y fáciles de completar, y para evitar la fatiga mental. En tercer lugar, los empleados deberían tener flexibilidad para trabajar donde se sientan más productivos. Si a las distracciones digitales se les añaden las físicas o el ruido ambiente, es complicado alcanzar momentos de concentración. Cada persona es diferente y funcionamos con horas distintas y entornos concretos. En esa línea también va orientado el establecimiento de límites, tanto con compañeros como con familiares, que deben saber cuándo no se está disponible y no es un buen momento para ser interrumpido. Aplicando estas estrategias, se puede minimizar el impacto de las mil notificaciones que tenemos cada día. Aunque lo más efectivo es tener la fuerza de voluntad para desengancharse de ese ritmo frenético que la tecnología está imponiendo en nuestras vidas.

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