«A la mujer que piensa se le secan los ovarios»: Galeano sigue impactando con la apertura del capítulo que dedicó a Alfonsina Storni. Lo bautizó -sencillamente- con el nombre de pila de la poetisa que no pudo más y decidió marchar. La pieza está incluida en su antología Mujeres. Años antes, Mercedes Sosa cantó Alfonsina y el mar, preciosa canción multiversionada en la que Silvia Pérez Cruz o Rosalía -entre otras artistas- eternizan a Storni. «Ah, un encargo: si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido». Este verso forma parte del poema Voy a dormir, creado por Alfonsina a modo de estremecedora despedida, poco antes de suicidarse con la ayuda de las olas, y que ha inspirado sus postreros recuerdos.

Hasta aquí sólo nombres de mujeres (Galeano es apellido materno), de modo que intentaré continuar el ejercicio exclusivo al albor de su único día oficial; el 8M. Muchos eventos se siguen sucediendo, agendas llenas que han obligado a elegir entre diversas actividades. Actos concentrados, en ocasiones solapados, me hacen considerar la posibilidad de establecer el Mes Internacional de la Mujer, así no nos perderíamos nada y tampoco saturaríamos a los no convencidos y convencidas. De este modo, tendrían una excusa menos para negar y seguir normalizando la desigualdad entre mujeres y hombres. Incluso los acrónimos serían más representativos; una asociación por la igualdad de género (MIM) en lugar de lencería (DIM).

Otra ventaja de ese espaciamiento contra la «indigestión» sería la salud; Maria Duran i Febrer, -la apreciada- directora del IB-Dona, tuvo que ser disculpada ante su no asistencia -por agotamiento- a la presentación del libro La educación para la igualdad de género, de Francesca Salvà Mut y Elena Quintana Murci. Motivos le sobraban a Duran para hacer una parada. Una de las muestras de su ritmo la ofreció, junto a la consellera Mercedes Garrido Rodríguez, esa misma mañana en la presentación por parte de Cristina Llorente Roca de la Guía de buenas prácticas para la aplicación de la perspectiva de género en el diseño urbano, acto que se presentaba muy interesante y al que, por motivos solapados ya aludidos, no pude asistir en su totalidad. Queda pendiente su lectura. Feliz también se vio la noche anterior a la susodicha directora, al lado de la presidenta del Govern en el Teatro Principal de Inca, durante la entrega de los reconocimientos del IB-Dona, donde Júlia Colom, Elena Gadel y Marta Robles ofrecieron magníficas actuaciones musicales. Dos días antes, siguiendo con Duran de hilo conductor, se inauguró la exposición de las artistas Maria Huerga, Mercedes Laguens, Teresa Matas, María Uribe, Margalida Vinyes y Natasha Zupan. En ese mismo escenario, Àngels Fermoselle Paterna moderó la mesa redonda El patrimonio cultural en manos de mujeres, en la que participaron la directora general de Cultura del Govern, Catalina Solivellas; la directora insular de Patrimonio, Kika Coll; la directora del Museo de Historia de Manacor, Magdalena Salas; la directora del Taller Diocesano de Restauración, Antònia Reig, y la archivera municipal de Capdepera, Maria Massanet. Las omisiones de los -probables- apellidos maternos son ajenas a mi voluntad; su trayectoria y presente, impresionantes.

Podríamos seguir citando, mujeres, actos y parabienes, aunque no hay que abusar de este último detalle, especialmente después de ver la candidatura socialista a Cort. Una de las aspirantes, en relación a un bordillo de la calle Aragón, 246b, castiga tres días por semana -entre otros- a un hombre en silla de ruedas al que no puedo nombrar por temor a suspender este reto nominal de género. Otro candidato de esa misma lista, al intentar acceder -el innombrado- por sí mismo y sin éxito, al polideportivo Germans Escalas, le espeta minusválido los mismos días de la semana. Esperemos que esa lista no lastre a la presidenta en su próximo objetivo de gobierno autonómico, de modo que dé pie a construir un relato que -metafórica y políticamente- relacione a Francina Armengol Socías con el mar.