Hace un mes el Govern de les Illes Balears anunció la internalización de más de 300 trabajadores que, hasta ese momento, habían trabajado para los informativos y servicios técnicos a través de empresas subcontratadas. Sus condiciones laborales se verán mejoradas y eso es una buena noticia. Se trata de una ventaja de la que no disfrutarán los trabajadores del resto de la programación, que desarrollan su labor en productoras externas, la mayoría de ellas de Baleares.

La producción de contenidos no informativos, es decir, de programas de entretenimiento, documentales y ficción que llevan a cabo productoras externas supone el 85% de la programación de la televisión. Sin embargo, IB3 dedica a ello 8,5 millones de euros, de los 38 millones de su presupuesto. Es decir, que el 85% de la programación se realiza con sólo el 22% del presupuesto.

La internalización de los trabajadores de informativos y servicios técnicos supone la creación de trabajadores de primera, los que ahora forman parte de la plantilla oficial del Ente, y trabajadores de segunda, los que trabajan para las productoras, que no disfrutan de las condiciones que, en este momento, ofrece IB3 a sus trabajadores oficiales.

Pero, ¿por qué los trabajadores de las productoras no pueden tener las mismas condiciones laborales que los internalizados? En primer lugar, por lo poco que IB3 paga a las productoras por los programas, y que impide repercutir el merecido incremento a los trabajadores. El precio por minuto está congelado desde 2018. Teniendo en cuenta que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, la inflación desde entonces hasta ahora ha sido de un 15,3%, se puede constatar un claro empobrecimiento de las empresas y de sus trabajadores.

En 2023, IB3 tiene previsto destinar a producción propia de contenidos televisivos 8,5 millones de euros. Eso es lo que figura oficialmente en sus presupuestos, pese a las promesas del Govern de les Illes Balears de incrementar esta cifra a través de otras partidas. No es que las productoras desconfiemos de sus palabras, es que desde hace tiempo sólo creemos en los hechos. Para igualarnos a la televisión de Aragón, que tiene una población similar a la nuestra, necesitaríamos 15.

IB3 es el ente de radiotelevisión con menos presupuesto de toda la FORTA, la Federación de Organismos o Entidades de Radio y Televisión Autonómicos. Esto convierte también a los espectadores de Baleares, no sólo a las productoras y a sus trabajadores, en ciudadanos de segunda.

La buena noticia ante tan lamentable panorama es que esta situación se puede solucionar. El Govern ya ha demostrado que cuando quiere, puede. Ha demostrado que quería mejorar la situación de los trabajadores de informativos y servicios técnicos, y lo ha hecho internalizándolos. Ahora es el turno de las productoras y sus trabajadores, actualizando el presupuesto de los programas, aumentando la parrilla y dándole una mayor estabilidad. Es el momento.

Como también lo es solucionar de manera definitiva el fiasco del Institut d’Indústries Culturals de les Illes Balears. En cuatro años de legislatura, el Govern no ha sido capaz de dotar a esta institución de una convocatoria de Producción Audiovisual con el presupuesto necesario para poder coproducir con otras comunidades, como Cataluña o Valencia, cuyo presupuesto es mucho mayor.

Hacemos un llamamiento al Govern para que, sin más dilación, solucione estos problemas y demuestre si apuesta realmente por la industria audiovisual balear.