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Felipe Armendariz

PENSAMIENTOS

Felipe Armendáriz

Un Roldán de uniforme

«¿Y cómo es él?», inquiría, allá por los 80, José Luis Perales. ¿Y cómo es el general de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas, uno de los implicados en el presunto caso de corrupción Mediador?, me pregunto yo.

Sin quitar un ápice de protagonismo a «Tito Berni», el exdiputado socialista Juan Bernardo Fuentes Cubero, alias «No me consta», y al chapucero atascador-desatascador de aguas sucias Marco Antonio Navarro Tacoronte, «El Mediador», me quedo con el Luis Roldán de uniforme.

Mientras Bernardo y Navarro hacen su gira mundial de entrevistas por todos los medios, pura pornografía de la corrupción, el ex alto mando de la Guardia Civil ha meditado entre rejas sobre su pasado, presente y futuro.

«¿En qué lugar se enamoró de ti?», decía el cantautor. ¿En qué punto de su dilatada y rutilante carrera profesional decidió pasarse al lado oscuro?, trata de aclarar la magistrada que instruye el sumario. El militar ha explicado que sus tejemanejes con empresarios, políticos y «conseguidores» eran un camino para labrarse un futuro tras su retiro. No le han creído.

«Quería buscarme un puesto de trabajo para mí y para mi amante; pronto me iba a jubilar y eché mano de algunos contactos con empresarios que trabé cuando era coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas», ha argumentado en su descargo.

Lo cierto es que el guardia civil pasó de cobrar entre 7.000 y 10.000 euros al mes como director de un proyecto europeo de asistencia a países del Sahel, a percibir 2.500 euros como jubilado privilegiado. No le bastaba.

Como el primer director general civil de la Benemérita, recientemente fallecido, Espinosa llevaba una doble vida. Por un lado, era un brillante mando, buen gestor, cumplidor, no problemático y obediente a los políticos del PP, que le ascendieron, y a los del PSOE, que lo promocionaron internacionalmente. Por otro, solo pensaba en darse placer, acumular dinero negro y mantener a su «novia» con la que engañaba a su mujer desde hacía 20 años.

El imputado no quiso divorciarse y optó por tener dos hogares. A su esposa le decía que iba a Fuerteventura a dar una conferencia (mentira) y se escapaba a visitar a su amiga de siempre, a la que despreciaba y humillaba entre sus compinches llamándole «Chocho Volador». Allá él con su vida.

Mas el retiro suponía un obstáculo para la comedia conyugal. Se acababan los viajes oficiales y el dinero público a espuertas. Así que recurrió a la supuesta trama para que un empresario sin escrúpulos «contratara», por tres mil euros limpios al mes, a su amante en calidad de comercial. Vaya chollo.

Cabe recordar que el expresident del Govern del PP Jaume Matas también logró que su esposa, Maite Areal, obtuviera un trabajo ficticio, y bien remunerado, en una compañía hotelera mallorquina. ¿Qué se llevó el contratante canario?, investiga la jueza de Tenerife.

«Es un ladrón que me ha robado todo», se dolía Perales. Luis Roldán supuso una puñalada para la fe en la Democracia y las bondades del cambio socialista. Francisco Espinosa, alias «Papá» o «El Viejo», nos demuestra que el mundo cambia poco. El general de división ha hecho mucho daño a una institución honrada y esforzada como la Guardia Civil. Del «Todo por la Patria» hemos pasado al «Todo por la pasta».

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