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Emma Riverola

Economista

Emma Riverola

Limón & vinagre | Ramón Tamames: De casilla en casilla del círculo cromático

El economista Ramón Tamames, fotografiado en Barcelona, en 2013. Josep García

El economista Ramón Tamames (Madrid, 1933) considera aceptar la propuesta de Vox de encabezar su moción de censura. Y así, en un penúltimo y grandilocuente movimiento, el hombre que inició su vida política en la clandestinidad comunista se pone al servicio de los herederos políticos que combatió y le persiguieron. Lo suyo no es un rojo desteñido, es situarse en el color diametralmente opuesto. Aunque, si hablamos de círculo cromático, también se le denomina color complementario. Y quizá en el gesto hay también algo de eso. ¿Qué le da Vox a Tamames? ¿Y qué le ofrece él a los de Santiago Abascal?

Tamames nació en el seno de una familia acomodada. Doctor en Derecho y Economía por la Universidad de Madrid, completó su educación en la London School of Economics. En 1957 ganó por oposición una plaza de técnico comercial del Estado y, 12 años más tarde, solicitó la excedencia voluntaria y se dedicó a la docencia como catedrático de Estructuras Económicas. Su libro Estructura económica de España (1960) es una obra trascendente, de lectura obligada para economistas, pero también para lectores de todos los colores y formaciones. Le Monde lo señaló como «un clásico de la economía española». El autor lo ha sometido a constantes revisiones. En 2022 se ha publicado su 26ª edición. 

Si su carrera como escritor ha sido prolífica (más de 20 libros publicados, el último en 2021), su evolución política también ha sido fértil: en siglas y en virajes. Fue militante del PCE en época estudiantil, miembro del Comité Ejecutivo del partido en 1976, diputado en la primera legislatura de la democracia y primer teniente de alcalde de Enrique Tierno Galván. Si empezó la década de los ochenta situado en la casilla más roja (participando en la creación de Izquierda Unida), la acabó en el verde del CDS de Adolfo Suárez. De ahí, ya fuera de la política activa, fue saltando de color en color, acomodándose en el azul del PP, hasta convertirse en tertuliano de las emisoras más conservadoras. 

Tamames siempre ha argumentado su militancia en el PCE como un acto de compromiso democrático, señalando a ese partido como el único que combatió al franquismo. Tesis que arroja como dardo envenenado contra el PSOE, uno de tantos con los que bombardea a los socialistas. Un artículo suyo publicado en El País 11 días antes de que Felipe González revalidara la mayoría absoluta resulta de lo más revelador de cara a la posible moción de censura. El economista lanzaba 12 preguntas sobre esa «España de primera» que decía estar construyendo González.

¿Para quién es esa España?, inquiría. ¿Para «quienes detentan el poder financiero, que sofocan a los pequeños y medianos empresarios?» ¿Para esa «cifra de parados que ha alcanzado los tres millones»? Aludía a una España convertida «en la principal conexión europea del tráfico de drogas», a la corrupción policial, al blanqueo de dinero negro de la mafia, a la exportación de «armas y municiones» a países que «oprimen permanentemente a sus pueblos», a «los poderosos y miopes intereses económicos que están obstruyendo una política ecologizada con vistas a las generaciones venideras».

¿Qué queda de aquel Tamames de 1986? Indiscutiblemente, su peso intelectual, su vitalismo, su elevada autoestima, su pasión por los focos y… su crítica a los socialistas. A Rodríguez Zapatero lo consideró un «iluminado rodeado de ineptos» y calificó a su Gobierno de «patético». Al actual Gobierno lo ha acusado de mediocridad y falta de imaginación. Y al PSOE, en general, de «no buscar la mejora cualitativa de la población, no busca que los españoles sean más sabios».

Si Carrillo vio en Tamames la oportunidad de presentar un partido comunista abierto a todas las clases sociales, Abascal pretende aportar hondura intelectual a una moción de censura que la aritmética reduce a un puro instrumento propagandístico de Vox. Si Tamames vio en el PCE un instrumento para alcanzar un sistema democrático, ¿qué busca ahora? Si acude al Congreso de la mano de Abascal, ¿es posible cargar contra un Gobierno de coalición progresista sin blanquear a la ultraderecha? ¿Tiene en tan alta estima su opinión que no le importa servir a quienes convierten la democracia en una burla? A tenor de la muerte de Adolfo Suárez, Tamames parafraseó a Calderón de la Barca: «Errar en lo menos no importa, si acertó en lo principal». Ahora tiene la oportunidad de acertar o errar en lo principal.

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