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Bernat Jofre

Flor de almendro, flor de asfalto

«La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema». (Woody Allen).

Hasta no hace mucho, allí donde Balears plantaba un pabellón de promoción turística , lucía indefectiblemente una bonita fotografía: la de un almendro en flor. Era, sin duda, uno de los símbolos alternativos al sol y playa de nuestra comunidad. Las campañas animando a los alemanes a mirar los «Mandelblüte» surtían su efecto, y no eran pocos los agroturismos, turismos rurales e incluso hoteles convencionales que abrían sus puertas a mediados de enero, movidos por la demanda proveniente de nuestros principales mercados emisores.

Por lo que parece, las tornas han cambiado. Y desde los despachos oficiales se podría estar primando más el lento pero sistemático asfaltado del campo isleño — especialmente del mallorquín— que de potenciar sus especies autóctonas. Causa asombro y casi rubor el comprobar cómo según qué opciones políticas siguen defendiendo la ley de «ses dues quarterades» —14.000m2— como garantía de democratización del territorio. O eso dicen ellos. A la par, otras formaciones se empeñan en propagar las bondades de macroinstalaciones de placas solares ocupando decenas de Ha de suelo rústico. Para quien no lo sepa: en 2023 está previsto llegar a las 1.000 Ha de suelo mallorquín —un 1% de la isla— destinadas a enormes huertos solares. Extensiones de negro silicio esparcidas sobre una fértil tierra, hoy convertida en aparcamiento de instalaciones que, llegado su fin de vida útil, quizás nadie retire. Dejando para la posteridad un fotograma más propio de Mad Max que de un territorio abocado al acogimiento del viajero.

Nadie duda de la necesidad de la implantación de las energías renovables en nuestro territorio. La cuestión es, como casi siempre, si las políticas innovadoras se llevan a cabo más con viejos patrones que otra cosa. Lo cual podría ser contraindicado para los objetivos que fueron diseñadas en su día.

Sería una lástima, la verdad sea dicha. Pero visto lo visto, vamos por ese camino.

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