Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés

Al Azar

Matías Vallés

Nada le salió redondo

Nicolás Redondo precisa la intromisión continua de la figura de su gran rival Felipe González, para que su biografía adquiera relevancia plena. El indiscutible líder sindical que hubiera preferido ser líder político demuestra que la matemática electoral es más sencilla de lo que pretenden los politólogos. El sindicalista tristón no fue el elegido porque desprendía incluso en su fisonomía un pesimismo altruista, que contrastaba con el egoísmo generoso del abogado sevillano. El eterno secretario general de la UGT vivió encerrado en la paradoja del guardián de las esencias. Era propulsado por los portavoces de la derecha bajo la especie de que defendía la ortodoxia del obrerismo, igual que Feijóo añora al PSOE auténtico que Aznar execraba como imperio de la corrupción. El socialismo malo siempre es el que gobierna.

Nada le salió Redondo. Fue acunado por la derecha tramposa para equilibrar la dimensión incluso monstruosa adquirida por el felipismo, dado que los ultraconservadores no solo definen los jueces aptos, también deciden quiénes encarnan los auténticos valores progresistas. El sindicalista se dejó querer, bajo el pretexto de oponer un muro al neoliberalismo apenas maquillado de Boyer y Solchaga. Se divorció del González que define su biografía mediante la huelga general de 1988, un tsunami más devastador que la abjuración socialista del marxismo.

Un político no fracasa al menospreciar a su enemigos, sino por los pecados de ingenuidad cometidos al catalogar a sus falsos amigos. En retrospectiva, tiene mérito que Redondo conservara una discreta afiliación a UGT dentro de una urdimbre laboral cada vez más atomizada, aunque los sindicatos cayeron en el descrédito antes incluso que los partidos. Las batallas perdidas del Poulidor del PSOE están tratadas con excelencia en el reciente Un tal González de Sergio del Molino, un libro para el recuerdo si se le arranca el descacharrante capítulo final de adoración al líder máximo. Un rango que nunca pudo alcanzar Nicolás Redondo, el líder incompleto.

Compartir el artículo

stats