Hace años que en el mundo de la gestión empresarial se han asentado con fuerza tres conceptos que definen la esencia de una organización. La misión, la visión y los valores se han convertido en los tres pilares sobre los que apoyar el desarrollo de cualquier estrategia orientada a la consecución de objetivos concretos. Era lógico que esa unanimidad de los expertos en Dirección Estratégica se trasladara también al ámbito de las administraciones públicas.

Resulta sencillo ponernos de acuerdo en cuál debe ser la misión de un consistorio: facilitar la convivencia de los ciudadanos y mejorar su calidad de vida a través de una gestión eficiente de sus recursos y servicios públicos. Tampoco parece complicado consensuar unos valores que guíen la actuación municipal: orientación al ciudadano, transparencia, atención personalizada, excelencia en el servicio, compromiso de su personal, respeto por el medio ambiente…

Sin embargo, el concepto de visión en un ayuntamiento es el más determinante porque es el que permite trazar la ruta a seguir para lograr los objetivos propuestos. No hay estrategia de éxito posible sin una visión previa a largo plazo. Y eso exige pensar la ciudad. Dicho de otro modo, visión y estrategia son conceptos completamente opuestos al de improvisación, que es el que ha caracterizado las acciones del equipo del gobierno municipal en Palma durante las últimas dos legislaturas.

Hace unos días tuve la ocasión de presentar ante los medios de comunicación la Estrategia Palma 2035. En ese acto pude presentar la ‘Revolución Fiscal’: una batería completa de medidas fiscales para rebajar la presión recaudatoria sobre los bolsillos de unos ciudadanos que, después de dos años de pandemia, afrontan ahora desde la incertidumbre una profunda crisis económica.

Pero más allá de la bajada de impuestos, desde el Partido Popular vamos a ir desgranando en los próximos meses una visión concreta del modelo de ciudad que planteamos para que Palma vuelva a ser el referente que fue entre las ciudades más importantes de España.

Es obvio que no estamos hablando de plantar cien árboles, ni mil. Tampoco de arreglar los baches de las aceras, limpiar las calles o permitir que un vecino pasee por su barrio sin miedo a que le roben. Si los ciudadanos de Palma nos otorgan su confianza en las urnas, para solucionar esos problemas aplicaremos planes de choque inmediatos que mejoren la situación catastrófica que padece nuestra ciudad en materia de mantenimiento, limpieza y seguridad. Una visión de la ciudad es algo que va más allá de eliminar los bochornosos grafitis que invaden cualquier barriada de Palma.

De lo que vamos a hablar de aquí al próximo mes de mayo es, por ejemplo, de políticas de vivienda que permitan en los próximos años la aparición en el mercado de Vivienda asequible para la clase trabajadora y para nuestros jóvenes. Es absurdo pensar que la administración por sí sola es capaz de solucionar un déficit como el que padecemos a través de VPO. Por eso vamos a promover las condiciones necesarias para facilitar que la inversión privada pueda ofertar en el mercado inmobiliario el tipo de vivienda, en precio y superficie, que está demandando la mayoría de ciudadanos.

Nuestra visión de Palma para los próximos 12 años plantea cambios y mejoras en la Movilidad desde la persuasión y el fortalecimiento del transporte público, no desde la persecución a un conductor al que no se le ofrecen alternativas reales al uso del vehículo privado. Los atascos kilométricos en Palma ya no son cosa del verano. En materia de colapso circulatorio el alcalde Hila sí ha conseguido la ansiada desestacionalización.

En nuestra visión de Palma, y por tanto en la estrategia para alcanzar esos objetivos, destacan tres ejes transformadores que nos van a permitir dinamizar la actividad económica y mejorar las infraestructuras de una ciudad que en los últimos ha permanecido completamente estancada. Y eso ha significado retroceder en todos los rankings de bienestar y calidad de vida. A través de la Cultura, el Deporte -dos sectores en los que llevamos años exportando talento sin aprovecharlo en nuestra propia casa- y el Medio Ambiente vamos a volver a poner a Palma en el mapa de las ciudades más atractivas y envidiadas de Europa. Permanezcan atentos, por favor.