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Matías Vallés

AL AZAR

Matías Vallés

La energía nuclear es verde y letal

Cómo es posible que te obliguen a preocuparte por el combustible, si ya tienes el mejor smartphone del mercado? Los visionarios que concluyeron que la revolución tecnológica era el acontecimiento capital en la historia de la humanidad solo olvidaron dos cosas, energía y agua. Por no hablar de la comida, en la lista de los factores imprescindibles cada vez más inciertos. Desde luego, internet ha facilitado el engaño a las multitudes, que se asustan hoy de cuánto cuesta fabricar un coche, mientras omiten piadosamente cuánto cuesta fabricar un bebé.

Sumida en las contradicciones, Europa se vuelve paleta para decretar que la energía nuclear es verde, con lo cual ya puede ser jaleada y sobre todo subvencionada. La UE emplea sin citarlo el mismo argumento de Bush, orgulloso de la contribución ecológica de talar los bosques porque prevenía contra los incendios forestales. No es casualidad que la transformación de una energía letal en un simpático burbujeo se produzca a la semana siguiente de que los acólitos de la OTAN concluyeran que la paz es la guerra, el esplendor del lenguaje orwelliano. Vaclav Smil ya nos ha alertado que no salen los números energéticos, por mucho que se disimule la equivalencia entre coger un avión y atentar contra el planeta.

Einstein siempre acertaba a distancia. Las citas se concentran en su predicción de que una guerra mundial con armas atómicas garantizaba que la siguiente se celebraría con palos y piedras. Su contundencia no cejaba al desaconsejar la energía nuclear con usos pacíficos, que el ser humano no sabía dominar. Europa, siempre tan beata, no se limita a utilizar las centrales nucleares sino que se siente obligada a bendecirlas. A cambio, es revelador que la energía atómica que concentró las guerras ecologistas se hermane a la estafa de las renovables, otra excusa además subvencionada para subir la factura de la luz. Es decir, usted paga por partida doble. O triple, cuesta distinguir. La hipoteca que quiso esquivar se la cobrarán los mismos ingeniosos, en servicios esenciales.

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