Diario de Mallorca

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Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

El PP dio un golpe mafioso contra el Estado de Derecho

El juez García Castellón ha posibilitado al cerrar

en falso la instrucción que las instituciones

democráticas queden a los pies de los caballos

María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy en una imagen de 2018. J. P. GANDUL

Las grabaciones hechas por el comisario Villarejo, magnífico exponente de lo que son las llamadas «cloacas del Estado», que está publicando El País, estremecen, inquietan, son desoladoras para los que creemos en la preeminencia de la democracia liberal, en la separación poderes, en que prevalecerá a pesar de los embates que la sacuden. Seamos claros: estando en el Gobierno de la nación, el PP fue protagonista, ejecutó un golpe mafioso contra el Estado de Derecho. Lo sucedido es tan grave que no se puede despachar, como acaba de hacer el «nuevo PP», arguyendo que son cosas del pasado que no les atañe. Núñez Feijóo, como hizo el descabellado Pablo Casado, se escabulle dejando que se diga que él no estaba allí. Estaba. Vaya si estaba: era presidente de la Xunta de Galicia, participaba en el comité de dirección del PP. Se caracterizaba por su fidelidad a Mariano Rajoy. Fue partícipe del convolutum que ha exonerado al que fue presidente del Gobierno y a su ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Ocurrió porque los jueces, el instructor García Castellón, respaldado por sus colegas de instancias superiores de la Judicatura, cerraron la puerta a cal y canto para impedir que se sentaran en el banquillo como insistentemente reclamó la Fiscalía Anticorrupción. García Castellón, juez muy estimado en el PP, acotó las responsabilidades, dejó que solo (solo) llegaran hasta la cúpula del ministerio del Interior, a la cabeza del mismo, a Jorge Fernández Díaz. Convolutum en toda regla. Dijo que no había pruebas de la connivencia de Cospedal con Villarejo. Los audios aclaran que sí la hubo. Y tanto que las hubo. Lo que se sospechaba se constata. Había que «laminar» (sinónimo de aplastar) al «Cabrón», o sea, a Bárcenas, el tesorero del PP. A Cospedal no le cabía ninguna duda de que era imprescindible hacerlo. Bravo por el estimado García Castellón.

La Justicia no es igual para todos: Juan Carlos de Borbón, Mariano Rajoy y Dolores de Cospedal lo constatan

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Sobradamente contrastado que la Justicia no es igual para todos, ahí están los casos de Juan Carlos de Borbón, Mariano Rajoy y Dolores de Cospedal, para qué extenderse en mayores consideraciones, detengámonos en las consecuencias que lo que se está conociendo, que ya se sabía, reiterémoslo, pero que ahora queda sonoramente articulado, vaya a tener. Hay que ser realistas: tendrá pocas o ninguna. Se ha llegado al extremo de que aquí todo se deglute, porque los campos ideológicos andan tan delimitados, tan enfrentados a cara de perro, que lo de a los míos con razón o sin ella se queda corto para que se puedan demandar responsabilidades, para que se rindan adecuadas cuentas. Se argumentará que el PP ya pagó por lo que hizo: padeció una triunfante moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy y ha perdido dos elecciones generales. Responsabilidades políticas saldadas.

Sucede que no va de si se ganan o pierden elecciones, sino de que está en serio peligro la digamos, para ser suaves, salud del sistema democrático. La actual dirección del gran partido de la derecha conservadora española se aparta cuando se la intenta confrontar con su mafioso cercano pasado. No va con ella, reitera una y otra vez. Claro que Rajoy Cospedal participan en los actos del partido. Pero eso se explica porque con la familia resulta casi imposible romper del todo. La sangre tira mucho. Bien, aceptémoslo. Lo que no es asumible, lo que no puede ser pasado por alto, es la vulneración sistemática de la Constitución, la que el PP dice defender de las embestidas de los independentistas, insufribles díscolos socios del Gobierno, que primero Casado (RIP) y ahora Núñez Feijóo llevan a cabo al empecinarse en no proceder a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tal como exige que se haga la Ley Fundamental. No lo hace porque con Carlos Lesmes, presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, alto cargo político con José María Aznar, controlan la Judicatura. Es otro de los muy queridos. La Constitución se incumple. Simple bagatela. Cuando no gobierna el PP todo vale. Cuando lo hace, también. Sonorizado queda.

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