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Jose Jaume

Desde el siglo XX

José Jaume

Macarena Olona, «La Pasionaria» de las derechas españolas

Lo que suceda el 19 de junio en Andalucía reverberará con fuerza en las Españas, en el «Gran Sur» la extrema derecha va a por todas, quiere poner el sistema patas arriba

Dolores Ibárruri y Macarena Olona. Archivo

Las encuestas que prodigan, un día sí y otro también (su inflación es superior a la del coste de la vida), alarman a los medios amigos de las derechas, que tratan de poner coto demoscópico a las expectativas que se le han abierto a la extrema derecha (Vox) en Andalucía. Hay que ajustarse a la estrategia diseñada, que pasa por una victoria contundente del PP, reconvertido en la CEDA (la Confederación de Derechas Autónomas que fletó José María Gil Robles en los tiempos de la Segunda República), para que las asistencias de Vox no resulten excesivamente onerosas: de ninguna manera hay que movilizar al supuestamente adormilado electorado de las izquierdas para materializar el desaforado propósito de acabar con Pedro Sánchez lo antes posible. La novedad de lo que acaecerá en Andalucía será, sin duda, ahí va el pronóstico, la fenomenal irrupción, desatada, de la candidata de Vox, Macarena Olona, política de armas tomar, dura entre las duras, cortada a fuego, trasunto extremado, en el campo de las derechas, de lo que fue un personaje mítico de la historia contemporánea española: Dolores Ibárruri, Pasionaria, la que inmortalizó la afirmación de que «más vale morir de pie que vivir de rodillas»; presidenta del Partido Comunista de España (PCE), tan por encima de su mundo, que ni tan siquiera el sanguinario dueño y señor de la Unión Soviética, Stalin, se atrevió a cuestionar. Pasionaria fue la encarnación de la resistencia a la dictadura del general Franco, tan cruel y asesino como el mismo Stalin.

Pues bien, hete aquí que las actuales derechas españolas, a las que Núñez Feijóo, trata de embridar, veremos con qué fortuna, se han topado con su peculiar Pasionaria. Macarena Olona, digámoslo una vez más, llega revestida de los atributos necesarios para dar vuelco considerable a la vaporosa situación política española, tan inestable como la de Europa, sacudida por crisis encadenadas, la de la Guerra de Ucrania, desatada por el admirador de Stalin, Putin, solo es la última de la serie. ¿Hasta dónde llegará el efecto Olona en Andalucía? Lo conoceremos el 19 de junio, pero no es muy arriesgado anticipar que lo probable es que vaya más allá de los resultados obtenidos en las últimas elecciones generales (no en las autonómicas) por la extrema derecha, momento en el que la emergencia de Vox fue tan espectacular que incluso dobló el brazo al PP en alguna provincia andaluza. Vox no se anda con remilgos: juega muy fuerte, busca hacer cautivo a Moreno Bonilla, actual presidente de la Junta, que declara, para estupefacción de casi todos, que su nombre vende mucho más en Andalucía que las siglas del PP, renegando, además, de la desastrosa campaña que el guillotinado Pablo Casado protagonizó en Castilla-León. Núñez Feijóo le deja hacer, entiende que requiere un magnífico resultado en el Sur para apretar todavía más a Sánchez, que aguanta embestidas por todos los frentes. Moreno Bonilla sueña con no depender de Vox o lo que es lo mismo: obtener más diputados que los que cosechen las izquierdas. Las encuestas amigas lo ponen a su alcance. Son las mismas que disminuyen la fuerza de Macarena Olona, que les asusta más de lo que dejan entrever. Cuenta el candidato del PP con el descomunal buñuelo que los partidos a la izquierda del PSOE han cocinado; para ser exactos: el que ha ofrecido Podemos, que sigue imparable el descenso hacia la irrelevancia, contando con que ese dios furibundo y destructor que es Pablo Iglesias seguirá encizañando, enredando, todo lo que pueda, y puede mucho. Podemos es pesado fardo para el proyecto del Frente Amplio de las izquierdas, que el PSOE necesita para soslayar el naufragio. Yolanda Díaz lo sabe;Pablo Iglesias también, prefiere morir matando. El lunes lo expresó con despreciable cinismo en la Ser.

Las derechas observan regocijadas. Monero Bonilla y Núñez Feijóo con un punto de preocupación, porque Vox, Macarena Olona, han entrado a escena con fuerza incontenible, mucha más de la que en el PP se aguardaba.

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